Till the end of my days. [Pedro Pascal fanfic]

19

Sabía que los días pasarían demasiado lentos. Tenía que mantenerme ocupada, pues no llevaba nada bien la espera, ni los nervios. Por lo tanto, aproveché que en el trabajo estaban saliendo los resultados esperados, y pasé allí más tiempo de lo normal.

Durante los descansos, puse a Mery al día de todo lo que había pasado aquel fin de semana, una opinión más nunca sobraba, y si ella pensaba que era mala idea, no iba a tener reparo en decírmelo.

- ¿Qué opinas? - Pregunté.

- Para empezar, creo que has echo bien en pasar de Jason, siempre fue demasiado poco para ti, además, siento decirte que siempre he pensado que era un poco capullo. No te había dicho nada antes porque no quería juzgarle, pero veo que no estaba equivocada -. Como era de esperar, Mery no fallaba, parecía tener un sexto sentido para leer a las personas.

- Lo se, todos estáis de acuerdo en que Jason ha sido un error, pero al final me he dado cuenta yo también -. Dije, mientras me encogía de hombros.

- Bueno, mejor tarde que nunca, ¿no? -. Rió.

- Y del resto... ¿Qué piensas? -. Quise saber, pues, al fin y al cabo, era lo que más me interesaba ahora mismo. Jason era agua pasada... si es cierto que tenía que solucionar lo de mis llaves, pero, a pesar de eso, no quedaba nada más entre él y yo.

- ¿Quieres que te sea completamente sincera? -. Preguntó, endureciendo ligeramente su expresión.

Yo, inmediatamente asentí y esperé que continuase hablando.

- De acuerdo... Por lo poco que me has contado de Pedro, creo que realmente es una buena persona, y sinceramente espero que su interés en ti sea verdadero. Yo tampoco quiero que seas una más en su lista de conquistas, porque te veo ilusionada y no quiero que te haga daño.

- Ese es mi miedo -. Suspiré - No le conozco lo suficiente como para saber si solo mostrará interés en mi hasta que consiga llevarme a la cama.

- ¿Tu qué piensas? -. Esta vez me preguntó ella a mi.

- Yo creo que no se habría tomado tantas molestias solamente por un polvo, creo que, quizá, podría haber algo más -. O eso quería creer - Pero, me he equivocado muchas veces antes.

- Yo también quiero creerlo, pero... solo hay una manera de averiguarlo. Se directa, y pregúntaselo. Me has dicho que el Viernes cenáis juntos, es la oportunidad perfecta.

Yo también pensé que era lo mejor. Ya estaba harta de que me hiciesen daño, y no quería que volviese a pasar, me estaba ilusionando demasiado rápido, y se que si lo que había dicho Mery ocurría, terminaría de hundirme por completo.

La semana estaba llegando a su fin, finalmente el trabajo había conseguido mantenerme ocupada, incluso más de lo que yo esperaba. Ya era Jueves, llegué a casa, y mientras paseaba con Odie, pasé a un supermercado. Tenía la nevera bajo mínimos, y quería preparar una buena cena. Mi madre siempre decía que a las personas se las conquista por el estómago, por lo tanto, no podía preparar cualquier cosa.

Cogí una cesta, y avancé por los pasillos, pensando qué debía preparar.. ¿Carne o pescado? ¿Vino blanco o vino tinto? Me estaba volviendo un poco loca, pues nada me convencía, todo parecía poco.

Finalmente, pasé por la zona donde se encontraban los mariscos, y vi un cajón repleto de ostras frescas... 'Un afrodisíaco como entrante, no está nada mal' pensé. Compré las ostras, cogí una botella del mejor vino blanco que encontré, y de segundo, me decidí por un tartar de ternera. No era nada del otro mundo, pero mi madre me había enseñado a prepararlo hacía años, y no es por tirarme flores, pero me salía espectacular.