Parecía haberse convertido en una rutina. Llegar al trabajo y tener que ver cámaras, ser bombardeada con mil preguntas, por supuesto, todas sobre mi relación con Pedro. Y mi respuesta siempre era la misma, absoluto silencio, absoluta indiferencia. Había pasado una semana y media, y me percaté que cada vez había menos cámaras, cada vez eran menos las preguntas.
Parece que las aguas vuelven a su cauce.
A los pocos días, todo el mundo se había ido. Como todo en internet, al cabo de los días mi relación con Pedro dejó de ser noticia, y al fin respiré aliviada. Si era cierto que me estaba empezando a acostumbrar a su presencia allí, pero tener de vuelta mi privacidad se sentía muy bien.
Mi vida parecía haber vuelto a ser como era antes de las vacaciones. Me dedicaba de ir de casa al trabajo, y del trabajo a casa. Salía con mis amigos los fines de semana, y daba largos paseos por la playa con Odie. Con una pequeña diferencia. Cada día miraba el reloj, veía los minutos pasar despacio, tan despacio que a veces parecía que el mundo se había parado. Hasta que por fin recibía una llamada, o un mensaje.
Hablábamos cada día, nos veíamos cada día, y conforme pasaba el tiempo, lo echaba más de menos. Tanto que incluso dolía. Hablábamos de su día, de mi día, de las ganas que teníamos de vernos, y a veces, más a menudo de lo esperado, la conversación subía de tono. Echaba tanto de menos su calor, el sentirle dentro de mí...
Preveía que las semanas pasarían demasiado despacio, por lo que decidí pasar más tiempo en el trabajo.
Cuanto más tiempo tenga la mente ocupada, menos pensaré en él.
Aunque no era del todo cierto, pues no importaba lo que estuviese haciendo o con quién estuviese hablando. Él siempre estaba en mi cabeza, siempre.
Un nuevo compañero entró a nuestro equipo, lo que hizo mis semanas algo más entretenidas. Venía de Colombia, acababa de llegar a Los Ángeles, y no conocía a nadie. Se llamaba Sebastián, aunque pronto le llamábamos solo Sebas. Yo me presenté enseguida. Le enseñé las instalaciones y le presenté al resto del equipo.
Enseguida forjamos una gran amistad. Era de esas personas que enseguida te hacen sentir como si le conocieses de toda la vida. Enseguida tomamos confianza, y comenzamos a hablar de nuestra vida. Era una de esas personas que, aunque no sepas por qué, pero sabes que puedes confiar en ella. Además, ambos teníamos la misma edad, lo que hacía que nos entendiésemos incluso mejor.
Me contó que había venido con su novia, aunque ahora no estaban en su mejor momento. El cambio de país estaba siendo bastante duro para ella, y lo estaba pagando con él. Yo ya había pasado por esa misma situación, por lo que me dediqué a aconsejarle para que no repitiese mis mismos errores.
Yo le conté sobre mi relación, aunque omití una parte. No le dije el nombre de Pedro. Desde que se había conocido la noticia, mucha gente se había acercado a mi con intención de llegar hasta Pedro, mucha gente a la que veía a diario y que ni si quiera me saludaban cuando nos cruzábamos por los pasillos, ahora venían a interesarse por mi, por mi trabajo, y por mi vida en general.
Sebas parecía no saber nada del tema, y preferí que siguiese así, al menos de momento. Nuestras personalidades encajaban muy bien, y rápido se convirtió en un buen amigo. A veces íbamos a tomar unas cervezas después del trabajo, yo invitaba a Jack, y él traía a su novia, pues era buena idea que ella también empezase a conocer gente.
Estaba agradecida con todos ellos, pues estaban haciendo que los días no se hiciesen tan largos, tan insoportables.
Pasó un mes entero. Febrero había llegado, y todos los escaparates empezaron a llenarse de corazones rojos y mensajes de amor. San Valentín estaba a la vuelta de la esquina. A mi me encantaban todas las celebraciones, y esta no era menos, pero el echo de pasar ese día lejos de Pedro hacía que ese día fuese, simplemente, un día más.
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Till the end of my days. [Pedro Pascal fanfic]
FanfictionHola a tod@s! La verdad es que llevo un tiempo buscando leer algo de nuestro querido Pedro, y no he encontrado tanto como a mí me gustaría, así que aquí traigo mi granito de arena... Espero lo disfruten! Aila cambia de ciudad por amor. Ella, solo bu...