la novia del príncipe 👑✨

Capitulo 1.

En un pequeño pueblo del reino, vivía Maya, una joven querida por todos. Era hermosa y trabajadora, luchando cada día por su madre, gravemente enferma, y por su pequeña hermana Keyti, de tan solo seis años.

—¡Maya, Maya! —gritaba Keyti desesperada mientras corría hacia la granja.

—¿Qué pasa, Keyti? ¿Qué haces aquí? —preguntó Maya, dejando caer el pasto que estaba recogiendo.

—Es mamá… Está muy mal… quiere verte.

—¡¿Qué?! —exclamó Maya con el corazón acelerado, dejando todo atrás y corriendo hacia la casa.

Maya trabajaba día y noche, vendiendo la leche de las vacas para poder comprar el medicamento que su madre necesitaba. Pero ese día temía que sus esfuerzos no fueran suficientes.

—¡Madre! —Maya corrió hacia la cama donde su madre yacía, débil y apenas respirando.

—M-Maya… hija mía… —dijo la madre con una voz apenas audible—. Me alegra que estés aquí… no quería irme sin despedirme.

—¡No digas eso, madre! Te vas a poner bien. Mira, ya conseguí el dinero para tu tratamiento —dijo Maya con desesperación, mostrándole las monedas que había juntado.

La madre sonrió, débilmente.

—Ya no, hija… ya no puedo salvarme… Pero sé que tú y tu hermana estarán bien. Eres fuerte, Maya… confío en ti. —Un ataque de tos interrumpió sus palabras.

—Madre, no hables más, por favor.

—Déjame despedirme… cuida a tu hermana, y cuídate tú también. Sé que lo harás bien, porque eres una joven brillante. Agradezco a Dios por darme una hija como tú.

La madre sostuvo la mano de Maya con ternura, sonriendo por última vez antes de cerrar los ojos para siempre.

—¿Madre?... ¡Madre! ¡No, por favor! ¡No me dejes! —gritó Maya desesperada, hundiendo su rostro en el pecho de su madre, llorando sin consuelo.

Keyti, con lágrimas en los ojos, se acercó a su hermana y le tomó la mano con suavidad.

—No te preocupes, Maya… mami está con los angelitos ahora —dijo la niña entre sollozos.

Maya, con el corazón roto, acarició la mejilla de su pequeña hermana, secándose las lágrimas antes de darle una sonrisa débil.

—Sí, hermana… y nos cuidará desde el cielo.

Con esas palabras, Maya se levantó, tomó la mano de Keyti y la abrazó con fuerza.

—Vamos, Keyti. Tenemos que darle un funeral digno a nuestra madre.

—Sí, hermana… —respondió la pequeña, aferrándose a su hermana mayor con la misma esperanza rota pero unida por el amor que ambas sentían.

Continuará...