capitulo 4.

64 13 0
                                    

La reina se limpia una lágrima que resbala por su mejilla, llena de emoción al ver a su hijo frente al espejo.

—Hijo, mírate, ya eres todo un hombre —dice con orgullo, la voz quebrada por la felicidad.

Noah, que no comparte el entusiasmo, suspira y responde con desgana:

—Madre, por favor, no exageres.

—No pongas esa cara, Noah. Hoy es un día especial, ¡te vas a comprometer! —La reina ignora su actitud, con una sonrisa que ilumina su rostro.

—Madre...

Tocan la puerta, y ambos miran hacia el sonido.

—Pasa —responde la reina, mientras entra Diana, la hermana de Noah, con una sonrisa radiante.

—Madre, todo está listo para la ceremonia —anuncia Diana, siempre eficiente.

—Perfecto. Iré a asegurarme de que todo esté en su lugar. Noah, quítate esa cara de disgusto —dice la reina antes de salir de la habitación, dejando a Noah con Diana.

Diana, con una mirada burlona, se acerca a su hermano:

—Vaya, vaya... estás muy guapo hoy, hermanito.

—Muy graciosa, Diana —responde Noah, sin ganas de seguirle el juego.

—Vamos, Noah. La chica que te han asignado es hermosa. Te va a encantar.

—Pensé que no te caía bien —murmura Noah mientras se ajusta el cuello de su traje frente al espejo.

—Y no me cae bien —replica Diana, encogiéndose de hombros—. Pero, qué puedo hacer. Ahora será mi cuñada.

Noah la mira con seriedad, pero ella solo sonríe. Molestar a su hermano siempre había sido su pasatiempo favorito. Antes de que pueda responderle, tocan la puerta de nuevo.

—Pasa —dice Noah, con voz seca.

La puerta se abre lentamente, y ambos se sorprenden al ver quién entra.

—Hola, Noah... cuánto has cambiado —dice una voz suave pero con cierto aire de superioridad.

Noah se tensa al reconocerla de inmediato.

—Elisa... —responde Noah, sin emoción alguna.

Elisa, una joven de cabello castaño y ojos marrones, avanza con una sonrisa que muestra demasiado entusiasmo. Diana, notando la incomodidad de la situación, decide retirarse.

—Bueno, los dejo a solas. Tengo cosas que hacer —dice Diana, saliendo rápidamente, no sin antes lanzar una mirada divertida hacia Noah.

<<Con una hermana como esta, no necesito enemigos>>, piensa Noah, mientras Elisa se le acerca aún más.

—¿Quién lo diría? Nos vamos a comprometer, Noah. ¿No estás emocionado? —pregunta Elisa, casi en un susurro. Siempre había estado obsesionada con él desde que eran niños en la academia de príncipes y princesas. Desde el día que Noah la rechazó en el noveno curso, ella juró que no descansaría hasta convertirlo en su esposo.

Noah suspira, cansado de esa insistencia que le había seguido toda la vida.

—Sabes perfectamente lo que pienso de este compromiso —responde él, con frialdad.

—Oh, claro que lo sé. Pero no me importa. Te dije que serías mío, y yo siempre consigo lo que quiero —contesta Elisa, con una sonrisa peligrosa.

Noah entrecierra los ojos, sospechando.

—Así que... tú tienes algo que ver con que mi madre te eligiera como mi prometida.

—Exacto. Y no hay nada que puedas hacer para evitarlo. Después del compromiso, hablaré con tu madre para que fijemos la fecha de la boda lo antes posible —declara ella, con una confianza que le revuelve el estómago a Noah.

la novia del príncipe 👑✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora