Capitulo 3.

79 14 0
                                    


—No lo puedo creer... ¿Cómo pudieron hacerme esto mis padres? —exclamó Noah, claramente enfadado. No esperaba casarse tan pronto, y mucho menos con una chica a la que ni siquiera soportaba.

—Te entiendo, hermano, pero debes calmarte —dijo Diana, intentando tranquilizarlo.

—Gracias por estar aquí, Diana, pero ahora mismo no quiero ver a nadie —respondió Noah, su voz cargada de frustración.

Diana suspiró. Sabía que su hermano no quería casarse, pero también comprendía que no había mucho que hacer, ya que su madre no cambiaría de opinión.

—Bueno... Noah, tal vez ella haya cambiado. No sé... —Diana trató de ofrecer algo de esperanza, aunque no estaba muy convencida.

—No habrá boda, Diana, y eso es todo —declaró Noah antes de salir de la habitación, dejando a su hermana sola.

—No puedo creerlo, amiga... ¿estás bien? —preguntó Nerjis, la mejor amiga y vecina de Maya, con preocupación en su voz.

—Vine en cuanto me enteré, lo siento mucho —añadió Nerjis, mientras se acercaba para darle un abrazo a Maya, quien lo aceptó con una sonrisa débil y triste.

—Gracias, amiga, la verdad es que necesitaba un abrazo —respondió Maya.

—Sé por lo que estás pasando, pero estoy segura de que tu madre no querría que estuvieras triste —dijo Nerjis, colocando una mano en el hombro de Maya.

—Lo sé, pero... es muy difícil no sentirme así —contestó Maya, desanimada. La muerte de su madre, el tener que hacerse cargo de su hermana y de la granja ella sola, la llenaba de estrés.

—Maya, sé que probablemente dirás que no, pero si quieres, mi familia...

—No, Nerjis, gracias —interrumpió Maya antes de que su amiga pudiera terminar.

—¡Oh, vamos! Ni siquiera me dejaste terminar —dijo Nerjis, molesta.

—Sé lo que vas a decir, y no. Tus padres ya tienen suficientes preocupaciones con tus cinco hermanos. Mi hermana y yo solo seríamos una carga.

—Eso no es cierto. Mis padres están de acuerdo...

—Ya dije que no. Mejor ayúdame a preparar el puesto para vender la leche y el trigo —cortó Maya, tratando de cambiar de tema.

—Está bien, pero esta conversación no ha terminado —respondió Nerjis, resignada, mientras ayudaba a Maya.

<<No lo puedo creer. ¿Casarme? Esto es el colmo...>> pensaba Noah mientras entrenaba con su espada, liberando su enojo con cada golpe. De repente, sintió que alguien lo observaba. Se dio la vuelta y vio a su padre acercándose. Noah hizo una pequeña reverencia y continuó entrenando.

—Hijo —dijo el rey, caminando hacia él.

—¿Qué necesitas, padre? —preguntó Noah sin siquiera mirarlo.

—Quiero hablar contigo, Noah.

—Lo lamento, pero ahora estoy ocupado —respondió Noah, con un tono de molestia evidente.

la novia del príncipe 👑✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora