CAPÍTULO 2

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COPA DOLCE VIDA

Indra Dorenty

Sinceramente, lo que menos me apetece hoy es ir a la cena con la familia de Leo, me gusta convivir y crear momentos lindos, pero con ellos siempre sale algo mal, jamás he podido llevarme bien con mis suegros, he llegado a pensar que les intimida mi confianza y les molesta que usualmente estoy a la defensiva.

Admito que soy un tanto explosiva, pero es que esas personas me saca de mis casillas, además, uno intenta ser tolerante a los comentarios que dicen, a los cometarios que no hacen más que criticar a mi persona o a alguien que no merece esas críticas, puede que la familia de Leo tenga una alta reputación, pero les falta un poco de empatía por los demás, no digo que conmigo sean tan duros, pero a veces parece que no soy la novia, sino alguien que no tiene importancia, aunque ciertas veces Leo los ha puesto en su lugar, muchas otras no dice absolutamente nada.

— ¿Qué usarás esta noche, linda? — Leo me pregunta mientras se recarga en la barra de la cocina.

— Aún no decido qué vestido, pero lo que sé, es que será negro, siempre es el color indicado para cada ocasión — me acerco a la barra dejándole un beso en la mejilla.

— ¿Cuándo dejarás tu obsesión con siempre lucir de negro? — coloca un mechón de mi cabello tras mi oreja.

— Jamás, eso es parte de mí — le dedicó una sonrisa tierna mientras rodeo la barra — supongo que tú irás de traje negro, ¿no? — abrazo su torso con fuerza, necesito su contacto físico.

— Supones bien, no es como que tenga mucha opción de colores — sus ojos me dejan ver ese cansancio que sus padres le generan.

— Los hay, pero el negro queda más con los estándares de tus padres — su forzada sonrisa me confirma que está hastiado de tanta perfección.

— No son estándares, es nuestro código — me toma de la cintura acortando la distancia entre ambos.

— Código o no, siempre es mejor irte a lo seguro — mis manos buscan desesperadas su caliente piel, levanto su playera acariciando su cuerpo.

— Veo que alguien amaneció muy cariñosa — bajo un poco más la mano, dejando un sendero de caricias hasta colar mi mano por debajo de su pantalón de algodón.

— Mejor distraigámonos un momento antes de la cena — froto su miembro causando que sus sonidos varoniles aumenten mi diestra actividad.

— Linda... — jadea tragando grueso — no juegues con mi tolerancia — magreo con más delicadeza su carne.

— Entonces olvida la tolerancia — acerco mis labios a su cuello regando besos — mi cuerpo te necesita.

— No te molestes... pero no me siento de humor para hacerlo — toma mi mano sacándola de donde estaba.

Me da la espalda caminando hacia la sala del departamento, no dice nada más, así que lo sigo hasta el sofá en donde se coloca cansado, me siento encima de él, usualmente no me deja que haga este tipo de cosas, mi novio no es un novio normal, ¿a quién carajos no le gusta que su novia se siente en sus piernas?, creo que eso es más sexy y romántico, pero como siempre, Leo es la excepción en todo.

— ¿Qué sucede? — buscó su mirada y la fijó con la mía.

— Nada, solo que ya hemos estado mucho tiempo juntos y solo estoy esperado el momento en que te aburras de mí — su mirada se tornó triste, y que piense eso me duele, yo no quiero dejarlo nunca, de inmediato tomó su rostro y vuelvo a fijar nuestras miradas.

— ¿De dónde sacas eso? — detallo su aspecto y no me gusta que opine esas cosas tan estúpidas.

— Es que mírate y mírame, cada vez eres más hermosa y perfecta, siento que con mis presiones solo te alejo — acaricio su rostro asimilando las fuertes palabras que abandonaron su boca.

ᴛᴏᴅᴀ ᴍÍᴀ ʏ ᴛᴏᴅᴏ ᴛᴜʏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora