CAPÍTULO 40

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NUEVA ERA

Indra Dorenty

Dos meses y medio después

Los clanes han tomado diversos bandos desde que me tome la liberta de asesinar a Hande Romanova, los italianos y japoneses, juraron lealtad hacia los rusos. El orden de la línea sucesiva de poderes se vio afectada por la separación de miembros, aunque las mafias tomaron un cambio drástico, algunos hombres decidieron desligarse de su clan original y unirse a los Veras.

De nuestro lado está la mafia, mexicana, suiza, albanesa y turca, extinguir el mandato de los clanes enemigos ha sido complicado, aunque la mafia inglesa es la que demanda el poder más alto, los rusos han desarrollado más mecanismos de defensa, los cuales impide nuestro ataque hacia ellos.

El pacto con los rusos para la fabricación de bombas que contuvieran de nuestra droga ha sido eliminado, ahora solo nos queda el armamento que enviaron desde el inicio de la asociación y ellos poseen una cantidad de nuestra creación, ambos contamos con una herramienta mortal, la cual fue producto de nuestra unión y eso nos coloca en una situación poco favorable.

— ¡No debiste asesinar a su maldita líder! — me espeta, alterado, mi hermano.

— Deja de repetirme lo mismo, ya está muerta, no es como si pudiera revivirla — respondo, cansada, de tener que seguir escuchando sus reproches desde que se enteró de lo que sucedió ese día en la cena entre clanes.

— Debiste dejarla en casa — ahora ataca a mi marido, el cual no está en desacuerdo con mi pequeño acto de impulsividad.

— Deja de estar jodiendo, y mejor investiga que otra mafia puede crearnos los explosivos — perdimos demasiado armamento desde ese suceso, los constantes ataques y enfrentamientos contra aquellos seres detestables, nos han colocado en escasez de municiones.

— Los albaneses están dispuestos a producirlas, pero también quieren obtener un poco de la Dark — los clanes se han tomado todo tan personal que nuestro mandato empieza a perder su validez.

— Entonces que ellos se encarguen de la creación — hablo, encarando a ambos hombres que yacen delante de mí.

— Pero la Drak es una droga, la cual estaba contemplada para no ser compartida — responde Damián.

— ¿Y de qué nos sirve eso ahora? — contesto, molesta — los rusos tienen bajo su poder una cantidad de ella, qué más da si los albaneses la tienen — estoy harta de toda esta jodida situación.

— Obedece a tu hermana y haz el acuerdo — acota, frío, Masón, él, al igual que yo, estamos demasiado agotados con todo lo que ha ocasionado ese estúpido momento.

— Como orden, los BosVer — responde forzado y sale del despacho.

Masón avanza hacia mí rodeando el escritorio e inclinándose en cuclillas, reposa una de sus manos en mi rodilla y con la otra acaricia mi vientre.

— ¿Cómo está el pequeño demonio? — susurra contra la enorme barriga que ahora cargo.

— Deseoso de salir — su vista se enfoca en mí — no deja de patalear y sus movimientos constantes son un martirio y alivio a la vez — portar un gran bulto de casi nueve meses es demasiado cansado.

— Ven aquí — se incorpora y toma de mi mano ayudándome a levantar de la silla — deberías ir a la cama, no has parado de reunirte con todos nosotros y eso no es bueno para ti y el bebé — pasa su mano por mi mejilla.

— Aún puedo hacerme responsable de mis obligaciones como la BosVer — sonríe, orgulloso — todavía no es momento de dar a luz, recuerda que el médico dijo que faltan una o dos semanas.

ᴛᴏᴅᴀ ᴍÍᴀ ʏ ᴛᴏᴅᴏ ᴛᴜʏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora