CAPÍTULO 11

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YO SE EN LO QUE ME METIA

Masón Greco

Yo no le temo, estoy preparado para recibir su ataque, pero Indra no, ella no debería estar involucrada en estas cosas, no porque no la crea capaz de sobrellevar este lío, si no, porque no cuenta con los jodidos recursos para contraatacarlo, no debería sentirme así, no debería preocuparme por ella, no debería arderme el hecho de que venga por ella.

Pero no sé qué mierda me pasa, que no quiero que le hagan nada, y si tenerla bajo mi cuidado es la única opción de mantenerla a salvo hasta matar a Dalton, tendré que hacerlo, me vale una mierda si tiene novio, él no es lo suficientemente capaz de mantenerla a salvo de un peligro como este.

— ¿Y dónde está mi madre? — se lleva las manos al rostro soltando un gran suspiro, está preocupada.

— Está en su casa, la intentaron subir a una camioneta, pero la seguridad que tu padre tiene lo logro evitar — retira las manos de su simétrico rostro posando su vista en mí.

— ¿Cómo mierda sabes todo eso?, tú no eres nadie para tener información de mi familia, información que debería saber yo — me espeta molesta, me jodió que dijera que yo no soy nadie, pero tiene toda la puta razón.

— Solo confórmate con que ya sabes, lo demás sobra — se acomoda el vestido y empieza a tomar todas sus cosas. — ¿A dónde vas?.

— A ver a mi madre, debo saber cómo está — camina hacia la puerta, pero la tomo del brazo — ¡suéltame!, debo irme.

— ¿No acabas de escuchar todo lo que te acabo de decir? — se zafa de mi agarre.

— Si — se da la vuelta, y la vuelvo a tomar del brazo — ¡Joder, Masón!, ¿qué mierda quieres? — la tomo de la nuca inclinándome para encararla.

— Te estoy diciendo que vienen por ti, y te inmutas a hacerme caso de que vayas a mi pent-house, corres peligro, así que no vas a ir con tu madre, vendrás conmigo — se separa de mi molesta.

— No soy una niña que necesita un niñero, yo sabía los riesgos que lleva trabajar con ellos, así que, deja tu drama y déjame ir, debo ver cómo está mi madre — espeta furiosa saliendo del despacho.

Maldita mujer tan terca, tomo mi saco, me lo coloco y salgo de su despacho yendo tras ella, pero tampoco pienso llamar la atención de todo el bufete, sus pasos son apresurados, intento alcanzarla, pero camina como si se acabara la vida, presiona el botón del ascensor y logro posarme a su lado esperando a que las puertas se abran, no dice ni una sola palabra, solo fija su vista en la puerta, molesta.

Reparo su aspecto de arriba abajo y ni enfadada deja de verse tan jodidamente bien, es una maldita tonta al querer escapar de lo que se avecina, pero para eso estoy yo, no dejaré que alguien le haga daño, pero si así es como quiere hacer las cosas dejaré que se enfrente sola, no estaré detrás de ella, si rechaza mi ayuda que busque quien la apoye, porque esto no es un simple juego de policías y ladrones, este es un juego en donde matas o mueres, y a como ella quiere jugar, la terminaran matando.

Las puertas se abren y entra apresurada, me adentro con ella y presiono el botón que nos dejaran en la recepción, está jugando con sus manos, está nerviosa, pero no sé si por su madre, o por lo de Dalton. Salimos del ascensor, parece que fuera una peste que quiere evitar porque camina mucho más rápido, no entiendo cómo puede ir demasiado rápido con esos putos tacones. La alcanzo antes de que abra su auto tomándola del brazo.

— ¡Suéltame!, ¿Qué quieres? — la jalo más hacia mí.

— Que vengas conmigo, no juego cuando digo que debes estar en mi pent-house — afloja mi agarre de su brazo.

ᴛᴏᴅᴀ ᴍÍᴀ ʏ ᴛᴏᴅᴏ ᴛᴜʏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora