PRECIOSA
Indra Dorenty
Si algo es claro, es que jamás se debe subestimar el conocimiento de una mujer, y mucho menos cuando no la conoces, algo que he aprendido en todos estos años, es en descubrir cuando alguien miente.
Pero como dicen, si alguien es bueno descubriendo mentiras y secretos, es porque esa persona es experta en hacerlo y tienen toda la razón, cuando sabes sumergirte en la fácil tarea de obstruir la verdad, es obvio que sabrás identificarla, pero, aun así, mientan o no, oculten secretos o no, a una mujer jamás se le debe subestimar.
Porque los hombres pueden actuar por impulso, inteligencia, experiencia, pero una mujer, lo hace mil veces más, porque una mujer es observadora, táctica, tolerante, y sobre todo, sabe identificar el objetivo, cosa, que los hombres jamás podrán hacer, así que, es un error intentar timar a un timador.
— ¿Qué dijiste? — Masón se incorpora, mientras opto por recargarme en la cabecera de la cama.
— ¿Qué cosa? — si se hará el sordo, pues yo también.
— ¿Cómo lo sabes? — intento buscar algo de preocupación en esos ojos esmeralda, pero no la hay.
— La pregunta correcta es, ¿Cómo creíste que no me enteraría? — sonríe.
— Nunca lo creí, porque nunca lo oculté — su maldito orgullo no lo dejara admitir que lo descubrí.
— Ajá — se acerca más hacia mí, colándose entre mis piernas.
— Esa es mi palabra — deja un corto beso en mi clavícula.
— ¿No te impresiona lo que te acabo de decir? — niega, seguro, detesto su porte tranquilo.
— Solo era cuestión de tiempo para que lo descubrieras — juega con mi lóbulo provocando que mi excitación vuelva.
Si estaba tan seguro de que lo descubriría, ¿por qué no decírmelo él?, porque no decírmelo desde que se postró frente a mí aquella noche, no sé qué juego este jugando.
— ¿Por qué no me lo dijiste? — su vista choca con la mía.
— No me correspondía, además, así era más divertido, ¿que, no me digas que no te prende follar con el BosVer? — ruedo los ojos.
— No, me prende más follar con mi jefe — mentira, me pone más cachonda que sea con el BosVer, pero eso es algo que él no tiene por qué saber.
— Ajá — ya empezará con la palabra que tanto odio, pero me encanta que diga.
— ¿Por qué dices que no te incumbía decirme? — besa mi cuello pasando sus manos por mis muslos, provocándome un hormigueo incontrolable.
— Sigue sin incumbirme — me aparto de su tacto.
— Si no me dices, me iré a mi departamento — bufa, y lo devoro con mi mirada recalcando que no juego.
— Eres insoportable, no te diré y si quieres irte, solo cierra la puerta al salir — Hijo de puta.
— ¿Seguro? — asiente — si salgo de esa puerta se acaba lo de follar — su rostro cambia, no que no idiota.
— No metas ese tema en la conversación, con eso no se juega — me deshago de él y me pongo de pie.
— Si quiero lo meto — comienzo a buscar mi ropa, me coloco el vestido y solo ubico una puta zapatilla, avanzo por la habitación buscando la otra.
— Déjate de cosas, Indra, vuelve a la cama, aún te quiero follar de otras maneras — es un descarado.

ESTÁS LEYENDO
ᴛᴏᴅᴀ ᴍÍᴀ ʏ ᴛᴏᴅᴏ ᴛᴜʏᴏ
RandomIndra Dorenty es una abogada penalista, que gracias a un caso su vida tendrá un cambio, pero no uno desconocido para ella, si no que ese cambio la llevará a viejos tiempos. Su jefe, que al parecer es un Mafioso, será la razón por la que ella deba ca...