CAPÍTULO 37

6.1K 244 20
                                    

UNIÓN INFERNAL

Indra Dorenty

— ¿Ya puedo abrir los ojos? — las manos de Masón cubren por completo mi vista.

— Aún no, solo unos pasos más — recorro la distancia que su cuerpo me indica y el nerviosismo me invade. — ¿lista? — podría decir que no, pero junto a él estoy lista para lo que sea.

— Sí — desprende la palma de sus manos de mis ojos y el enorme panorama iluminado por las luces nocturnas me avasalla impactándome.

— Bienvenida a Budapest, Hungría — me giro para observarlo y sin perder ningún segundo me abalanzo sobre él.

— Es muy hermoso — dejo besos pequeños por todo su rostro como muestra de agradecimiento — me encanta.

— Me parece perfecto, porque estaremos en este sitio por unas largas y exóticas semanas — sus manos sostienen mis glúteos manteniéndome sobre su torso.

— ¿Ahora qué sigue? — nuestras miradas se sincronizan como una sola, mezclando el azul y verde que tanto nos caracteriza.

— Ahora — besa mi cuello — sigue — chupa mi lóbulo estremeciéndome entre sus brazos — follarte en esa linda cama — avanza conmigo — y después — succiona mi piel — después iremos a casarnos — sus últimas palabras me suben el ego, porque eso indica que ahora él me pertenecerá por completo.

— Suena como un plan perfecto, Sr. Masón Greco — muerde mi labio.

— Sabes cuanto detesto que te dirijas a mí con ese término — halo de su cabello retando su mirada.

— Y por eso es que te lo seguiré diciendo hasta que me canse — niega — ¿no qué? — deja mi cuerpo sobre la cama cubriéndome con su sombra.

— No me dirás así, porque ahora en adelante deberás acostumbrarte a llamarme de otro modo — sus labios comienzan a marcar un sendero de besos por el valle de mis senos.

— Aquí se hace lo que yo diga — respondo y su desespero lo hace destrozar el escote del vestido que cubría mi abdomen — ¡Mierda, Masón!, costo un dineral — sonríe satisfecho por lograr enfadarme.

— Lo que cueste no es el problema — me retira por completo la oscura tela dejándome en ropa interior ante él — el maldito problema es que no tiene el acceso que necesito.

— Eres un idiota — sus besos bajan hasta mi muslo derecho, chupa y lame el interior de este hasta dejar su lengua cerca del arma.

— Pero este idiota de folla de maravilla — retira la pistola del elástico — y a partir de unas horas seré el único que te folle, preciosa.

— Tu posesividad me excita — sus diabólicos ojos me devoran y lame sus labios, decidido de lo que hace.

Toma el arma en sus manos retirando el seguro, mi vista se posa en lo bestial que luce con ella y no rompo el contacto visual lujurioso que implica, jadeo cuando la punta del arma repasa el inicio de mis piernas.

— ¿Qué haces?... — la pregunta abandona mi garganta y se lleva un dedo a los labios indicando que guarde silencio.

— Demostrando quién tiene el poder — trago grueso observando cómo se retira las prendas.

Su cuerpo queda desnudo y la garganta me pica cuando luce su abundante verga, emanando la necesidad de estar dentro de mí, vuelve a tomar la Glock y recorre mi piel hasta situarla en mis muslos, abre mis piernas para él escaneando mi centro, mientras que su insaciable mirada se alimenta de mí desnudes, no opongo resistencia cuando hala de las bragas dejándome expuesta para él.

ᴛᴏᴅᴀ ᴍÍᴀ ʏ ᴛᴏᴅᴏ ᴛᴜʏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora