ᴛᴏᴅᴀ ᴍÍᴀ ʏ ᴛᴏᴅᴏ ᴛᴜʏᴏ

CAPÍTULO 21

SE ACABO

Indra Dorenty

Tenía bastante tiempo sin ver a Leo, así que decidí venir a las oficinas de su padre, dado que es aquí donde trabaja, ha estado metido y empeñado en tener que terminar cada contrato y otros asuntos que no tienen sentido, desde el accidente, él cambió, ya no era la misma persona, se volvió más distante, últimamente había tenido muchas discusiones con su padre y madre. Camino hacia su oficina, topándome con la secretaria.

— Buenos días, Srta. Indra — Claudia es una señora de una edad madura, siempre ha sido muy tierna y cordial.

— Buenos días, Claudia — sonríe — vengo a ver a Leo.

— Permítame, le diría que pasara, pero no quiero molestarlo — se calla un momento — últimamente se enfada por todo — lo siento por ella, creo que ahora le gritara el doble.

— No te preocupes, espero a que le preguntes — asiente, toma el teléfono, marcando a la línea que conecta con la oficina de Leo.

— Disculpe, Sr. Silaw, la Srta. Indra está aquí, requiere verlo — no sé qué le dice, pero ella cuelga la llamada — dice que puede pasar.

— Gracias, Claudia — le regalo una sonrisa y me adentro a la oficina de Leo.

— Buenos días, Linda — se acerca a darme un abrazo, dejando un corto beso en mi frente.

— Buenos días, Leo — cambia su semblante a serio y dudoso.

— ¿Leo?, ¿está todo bien? — da unos pasos hacia atrás, sobándose la nuca.

— No, no todo está bien — intenta acercarse, pero lo detengo — necesito hablar contigo.

— ¿Qué sucede, linda?, me estás preocupando — mientras más rápido mejor.

— Antes que nada, te aprecio mucho, y te doy las gracias por todo lo que hiciste por mí, por estar cuando más te necesitaba, por luchar por mí, por darme una estabilidad y paz...

— ¿Pero? — sus ojos se vuelven brillosos.

— Pero creo que es momento que ambos aceptemos que esto no tiene un futuro, tenemos mucho tiempo que ya no somos los mismos, eres testigo de las discusiones constantes, la falta de comunicación, ni siquiera nos hemos visto desde que paso lo de tu accidente, no me llamas ni yo te llamo, eso es una señal de que no nos extrañamos — niega caminado hacia mí.

— No digas estupideces Indra, que tengamos resbalones, es normal, no todas las parejas son perfectas, con que ambos nos amemos, es suficiente para mantener la relación — retiro su agarre de mis manos.

— Ese es el problema, que no somos una pareja, y yo no te amo como tú lo haces — le brota una lágrima de sus ojos, me duele hacerle esto, pero es mejor ahora que nunca.

— Estás mal, tú me amas, nos amamos, somos la mejor pareja, no puedes echar todo a la basura — vuelve a sostenerme las manos — no renuncies a nosotros.

— Hace tiempo que lo hice, y de verdad lo siento, pero no puedo seguir en una mentira — me toma del rostro con fuerza.

— ¡Somos tú y yo, no olvides que siempre lo hemos sido, no me hagas esto! — está alterado, tanto, que su agarre me empieza a lastimar.

— Leo, en serio lo siento, pero es mejor dejar las cosas hasta aquí — presiona más, está molesto, lo entiendo.

— Tú no puedes dejarme, tenemos planes, íbamos a casarnos, tener hijos, nuestra familia — intento tomar sus manos para apartarlas.

— Esos eran tus planes, jamás estuve de acuerdo — me suelta con fuerza, logrando que pierda un poco la estabilidad, me da la espalda furioso, pasándose las manos por la nuca.