CAPÍTULO 18

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LA MISIÓN

Masón Greco

Indra abandona el auto mientras yo me quedo como estúpido observando lo que está a punto de hacer, toda esta mierda con Dalton me tiene con una jaqueca imparable, los días sin dormir están haciendo efecto, Indra cree que el ejército de Londres está detrás de esto, pero no es así, todo este plan surgió de mí, los que cuidaran de ella dentro ese puto restaurante son miembros de la Vera.

Me encuentro en el auto a unos metros del sitio, desde una pantalla puedo monitorear todo lo que sucede dentro el lugar, cada miembro cuenta con los dispositivos aptos para informarme, solo 5 contienen unas pequeñas cámaras que me dejan ver el interior.

Están posicionados en ángulos que dejen visualizar el amplio panorama, portan armas, las cuales tienen la orden de utilizar en caso de que esto se complique, para ser más claro, solo tienen permitido usar las armas si ven que Indra se encuentra en una posición poco favorable.

¿Por qué la elegí?, porque sé su pasado, sé lo que Indra fue y sé que tiene los cogones para hacerlo, ha desarrollado la suficiente sangre fría para actuar sin pensar, ella duda de sí misma, lo puedo notar, tiene años sin hacer una actividad similar e intenta reprimir todo eso que la satisface, pero no puede huir de su forma de vivir.

Es una mujer en todo el sentido de la palabra, tiene 24 años, es chica, pero la experiencia que ha tenido no la tiene nadie a su edad, me frustra que reprima tanto potencial por un simple resbalón de hace años.

No solo yo ingenié este plan, aunque ambos organizamos esto, yo fui quien decidió que sería Indra quien llevara a cabo la misión, su hermano estuvo de acuerdo en que volviera a este lado oscuro, no haría tal cosa sin el consentimiento de mi amigo, él la ama mucho y la protege como nunca.

Damián se encuentra en mi casa situada en Fulham encargándose de otros asuntos que tienen que ver con la Vera, confió en mí para esta misión, confianza que no pienso traicionar.

Mentiría si dijera que la seguridad de Indra me importa una mierda, pero no lo hace, si me importa, es la hermana de mi amigo, la conozco desde hace años, la he visto crecer, convertirse en lo que es, claro que me importa que una mujer con su potencial pierda esa preciada vida.

Indra Dorenty

El mesero me muestra el camino hacia el área privada, el restaurante está repleto de clientes, no logro distinguir quienes forman parte del comando, todos lucen como personas normales, nadie muestra una imagen de persona encubierta, aunque para ser realistas, así debe de ser. Sigo avanzando detrás del mesero.

Me abre la puerta de una habitación situada hasta el final del restaurante, es una especie de zona para cenas reservada.

— Adelante — asiento y me adentro a la habitación.

En el centro de esta estaba una mesa cuadrada para 4 personas, pero solo había dos sillas, la habitación es mucho más grande como para tener una simple mesa en el centro. El mesero retira la silla ayudándome a tomar asiento, me ofrece una copa de champaña la cual tomo bebiendo una justa cantidad.

No veo rastros de Dayer por algún lado, supongo que me hará esperar por su maravillosa presencia, suspiro profundo intentando calmar el nerviosismo que quiere jugar un mal juicio contra mi capacidad de sobrellevar esta fácil tarea, el mesero se retira dejando la puerta abierta.

Un hombre con traje negro se coloca junto al marco de la puerta regalándome la vista de su alta figura y aspecto adinerado, no desisto su escaneo hambriento y sonrío por al fin tener delante de mí a ese hijo de puta.

— Buenas noches, querida — habla seductor y avanza hacia mí, su cabellera rubia hace juego con la claridad de su piel, sus ojos que no dejan de verme detallan un gris temible.

ᴛᴏᴅᴀ ᴍÍᴀ ʏ ᴛᴏᴅᴏ ᴛᴜʏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora