¿REINA NEGRA?
Masón Greco
El principal plan era que Damián se encontrara con Walker, dado que queríamos seguir manteniendo mi identidad oculta, aunque actualmente eso es lo que menos me interesa, ocultar mi identidad paso a segundo plano, ya que hay circunstancias más importantes que se deben solucionar y proteger, a veces las cosas nunca salen como uno las planea, porque suelen aparecer personas que cambian la perspectiva de esas cosas.
— Tal vez tengas que hacer uso de un arma — sus diamantes me ven de una manera penetrante — ¿supongo que sabes hacer uso de una? — sonríe.
— Precioso, ¿con quién crees que hablas?, claro que sé hacer uso de una, y no solamente de eso — esta maldita sabe cómo prenderme.
— Así — camino hacia ella, escaneando su perfecto cuerpo desnudo — ¿Qué más sabes hacer? — la tomo de la barbilla, sonríe con coquetería, acaparando mi atención.
— Te sorprenderías — acaricio sus labios y no sé qué mierdas paso, que en un abrir y cerrar de ojos aplico una maniobra que me arrojo a la cama, quedando ella a horcajadas sobre mí — sé muchas maneras de defenderme, a veces las armas son muy escandalosas — me guiña un ojo, es tan sexy.
— Admito que me sorprendiste, no se vale usar la belleza como arma — suelta una carcajada.
— Esa es nuestra mejor arma, los hombres son calientes, y una buena mujer hermosa les puede causar muchas cosas, obvio, mucho más que una erección — lleva su mano a mi miembro, es que joder, su faceta maldita me pone duro en segundos.
— Espero que, si te defiendes, no sea así de desnuda, porque tendremos grandes problemas — la tomo de su nuca con fuerza, acercándola a mis labios — por más que me guste contemplarte así, desnuda y disponible para mí, porque créeme, si paso mis dedos por tu coño estoy seguro de que se mojarán.
— ¿Pero? — rosa nuestros labios dejando que sintamos nuestras pesadas respiraciones.
— Debemos irnos, así que, cámbiate antes de que me arrepienta y te folle — sonríe.
— Debe de trabajar en su control, Sr. Masón Greco — se pone de pie.
— Cuando se trata de ti, no me interesa tenerlo — se coloca la ropa interior, después su vestido.
— Supongo que soy una debilidad ante ti — me pongo de pie colocándome las prendas.
— Supongamos que algo parecido — me come con sus zafiros.
— Cambiando de tema, debo ir a mi apartamento a cambiarme, no creerás que meteré en combate mi hermoso vestido y mis zapatillas.
— No tenemos tiempo — rueda los ojos.
— Si quieres que vaya, debo cambiarme — es tan terca, que, si no accedo, me armará un numerito.
— Está bien, apresúrate — sonríe victoriosa, toma su bolso.
— Vámonos — asiento, nos dirigimos hacia la salida de mi edificio, sus guardias, tanto como el chofer, siempre la esperan, ya están acostumbrados a que pase grandes horas en mi pent-house. Les ordena que se retiren, que saldrá conmigo, aunque se oponen, como la gran manipuladora que es, los convence de que se retiren.
El viaje hacia su departamento fue rápido, aceleré lo más que pude, en estos momentos lo que menos tengo es paciencia. Baja del auto y yo la secundo, subimos por el ascensor que nos lleva a su entrada. La enorme puerta blanca nos recibe, abre y entramos.
— Hola, mi niña — escucho una voz de mujer, madura, poso mi vista hacia aquella que hablaba.
— Hola, Nanis — es una señora de estatura promedio, de piel blanca y melena negra — te presento a mi jefe, Masón Greco — la señora me extiende la mano.

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ᴛᴏᴅᴀ ᴍÍᴀ ʏ ᴛᴏᴅᴏ ᴛᴜʏᴏ
DiversosIndra Dorenty es una abogada penalista, que gracias a un caso su vida tendrá un cambio, pero no uno desconocido para ella, si no que ese cambio la llevará a viejos tiempos. Su jefe, que al parecer es un Mafioso, será la razón por la que ella deba ca...