Según esta teoría el término "enfermedad mental" en realidad está inventado, y las personas con este tipo de padecimiento ven al mundo como es en verdad. Por ejemplo, las alucinaciones y voces que escuchan los esquizofrénicos si existen en nuestra d...
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Tardes grises Primera Parte
El pasado para muchos puede ser demasiado doloroso y perturbador si no están dispuestos a enfrentarlo...
El vengador.
...
15/03/2006.
─Amor ya estamos listas─ Emily estaba emocionada al igual que sus pequeñas por asistir junto a Evandro al Lobo de Montaña, el lugar donde este siempre se reunía con sus compañeros de trabajo.
Evandro terminó de colocarse la corbata, a decir verdad Emily lo ayudó pues era un desastre para esas cosas.
─Gracias amor.
─Papá ¿es verdad que en ese lugar hay monstruos?─ preguntó una pequeña y curiosa Alma. Evandro sonrió.
─¿Quién te dijo eso?.
─Fue Andrea─ la señaló.
─Es verdad papá, tú me lo dijiste─ aseguró la otra pequeña.
─No hija, solo entendiste mal el cuento de anoche porque te quedaste dormida, es todo─ besó en la frente a ambas─ y ahora vámonos porque si no llegaremos de noche─. Las niñas fueron saliendo al porche
─No se alejen de la entrada, su padre y yo vamos ahora─ Emily les regaló un gesto lleno de amor y cariño. Cuando estuvieron solos dentro de la casa Emily se volvió más seria, muy por el contrario de su siempre personalidad amable y encantadora─. ¿Por qué le contaste cuentos de terror a Andrea?, ella es una niña muy fantasiosa, Evandro, sabes que se imagina esas cosas como si fueran reales.
─Amor, en serio no le conté ningún cuento de miedo a la niña─ agarró su rostro con ambas manos y la besó. Cuando escucharon un ruido proseguido de los gritos de las niñas. Salieron corriendo rápidamente solo para ver que un auto había chocado con una esquina de la casa, al parecer se desvió de la carretera. Evandro fue a verificar si el conductor estaba bien, y Emily con sus niñas, las examinó, afortunadamente no habían sufrido nada, solo estaban asustadas, muy asustadas.
─Ya pequeñas, todo está bien─ acarició el cabello de ambas.
─Mamá, ¿el hombre está bien?─ preguntó la pequeña Alma con ese atisbo de curiosidad y ese brillo en los ojos que la caracterizaban.
─¿Qué hombre cielo?, ¿el de la camioneta?, tu padre llamó a una ambulancia, estará bien.
─No, no él, hablo del que estaba encima de la camioneta.
─¡¿Cómo dices?!, pero solo había un conductor─ sonrió dándose cuenta de las imaginaciones de su hija, definitivamente Evandro le había contado una historia a Andrea y esta por supuesto le dijo a Alma─. Tranquila cielo─ le besó la mejilla─ ese hombre que dices también está bien─. Pero la curiosidad fue más fuerte en Emily y no pudo evitar preguntar:─ ¿como hera el hombre que viste?.
