Según esta teoría el término "enfermedad mental" en realidad está inventado, y las personas con este tipo de padecimiento ven al mundo como es en verdad. Por ejemplo, las alucinaciones y voces que escuchan los esquizofrénicos si existen en nuestra d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los Cortázar Primera Parte
Cree en nada de lo que oyes y en mitad de lo que ves.
Edgar Allan Poe.
...
20/03/2006
─No entiendo aún como pudieron sobrevivir─ decía Mario al tiempo que trataba de ir al mismo ritmo que Augusto.
Iban los cuatro, habían dejado a Emily en el campamento con Teresa y Pilar. Todos armados hasta los dientes, decididos, con una sola idea en la cabeza, acabar con ese obstáculo.
Los Cortázar, únicos y verdaderos dueños de todos los terrenos del campamento y lugares aledaños, antiguos socios de Augusto, Lorenzo, Evandro y Mario, Elizabeth y Arturo Cortázar eran extremadamente ricos, poderosos inversionistas, hasta que un día su abogado les informó que estaban siendo víctimas de una estafa por parte de sus socios y los demandaron, alejándose definitivamente de ellos.
Cuando nació Valeria y al enterarse de que las tierras de estos estaban repletas de setas alucinógenas, cegados por el dinero y corrompidos por el crimen, conspiraron contra ellos y ni todo el dinero que tenían fue suficiente para evitar que acabaran destruyéndolos, apoderándose de sus tierras y despojándolos de ellas. Aunque aún le quedaban contactos, gracias a estos la familia desapareció por completo de la faz de la tierra, los creyeron muertos, aunque siempre estuvieron ahí, al acecho. Planeando su venganza, hasta que un rayo de esperanza les colocó a Emily en el camino. Para bien...o para mal.
A rastras, los cuatro hombres llevaban a Arturo Cortázar, moribundo, ensangrentado, su vida pendía de un hilo.
─¿Qué-qué nos harán?─ alcanzó a decir Arturo entre toses acompañadas de sangre.
─Cierra la boca─ zanjó Augusto─. Debieron morir cuando os mandamos a matar, ahora sufrirán el doble.
No tardaron en llegar a la cabaña.
.
─Teresa esto es una locura, no pienso consentirlo─ Pilar daba vueltas por la habitación.
─¿Quieres calmarte?, joder, pareces un trompo─ rebatió─. Augusto se está encargando ya de eso.
─¿Teresa que no te das cuenta?, tu amor por él te está cegando, ya eres tan criminal como él.
─Te equivocas Pilar, criminal soy desde el momento que asesiné a mi marido por maltratador.
─Eso no justifica que te hayas vuelto una vil mercenaria.
─Pero bueno, ¿y tú de que te quejas?, eres igual o peor que yo.
─Yo no soy una asesina.
─Pero callas desde el primer momento, ¿y quieres que te diga algo más querida?, tanto peca el que mata a la vacas como el que le jala la pata.