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Tercera y última Parte

Omar guió a Marina hacia una manta que tenía preparada cerca de un claro.

─Lo tenías todo pensado, sinvergüenza.

─No sabes cuanto me pone verte enfadada─ ahogó una risa.

Comenzaron a besarse, ella soltó unos cuantos gemidos mientras saboreaba sus carnosos labios.

─Me encantas Marina─ susurró a su oído provocando que esta se excitara aún más.

Cuando tuvieron que separarse para respirar Omar comenzó a acariciar los senos de su acompañante, ambos jadeaban del deseo. La intensidad de los besos solo subió, susurros, gritos, chillidos por parte de ambos solo los provocaban más. Cuando Marina decidió tomar el control como siempre lo hacía y descender hacia la entrepierna de Omar este se sintió en el cielo, la forma en la que Marina chupaba y succionaba su miembro como queriéndoselo comer le sabía a gloria, gemidos escapaban involuntariamente de su mojada boca, la lengua de Marina trazaba, recorría cada centímetro del pene de Omar.

─Uff─ jadeó─ había olvidado lo buena que eras en esto.

─Esto es para que te dieras cuenta de a quien estabas perdiendo.

─¿A que te refieres?.

─No nos desconcentremos, prometiste que me harías ver el cielo.

─Tienes razón─ la agarro del cabello y la levantó a su altura─ sabrás lo que es bueno─. La acomodó en la manta y se deslizó hacia su mojada entrepierna─ ¿ves como te pongo?

─¿Hum?─ gimió ella. Omar comenzó a saborearla, su lengua jugueteaba  con la vagina de Marina provocándole a esta un placer inigualable, Omar prosiguió contrayendo la lengua e introduciéndola en Marina.

─Aww Omar, así por favor.

─¿Te gusta?, ¿te gusta zorra?.

Marina recordó a Manuel, él le decía las mismas cosas, acaso ¿Omar lo sabría?. No le prestó atención y continuó implorando placer.

─¿Ahora quién tiene el control Marina?.

─Tú, solo tú.

─Así me gusta.

Continuó con su accionar hasta quedar satisfecho, entonces comenzó a utilizar sus dedos, masajeando la zona empapada, hundiendo sus dedos dentro, arriba y abajo, adentro y afuera.

─Por dios Omar, fóllame.

─¿Qué dijiste?, creo que no te escuché.

─Fóllame Omar, duro.

Omar se colocó el condón en su duro miembro y lo enterró de una sola vez en Marina provocando un grito de esta, pero lo ahogó colocando su mano en su boca. Comenzó a dar fuertes embestidas propiciando un inmenso placer a ambos, estaban sudorosos y no paraban de jadear.

─Eso Omar, dame más.

Las estocadas de Omar se tornaron más violentas, pero eso a Marina no le importaba, en realidad no le importaba nada en ese momento.

─Creo que me voy a venir─ el rostro de Omar era indescriptible.

─Si, yo también.

Omar intensificó sus movimientos.

─¡Marina!__gritaba Manuel─ ¡Marina! donde estás.

Comenzó a acercarse al claro y vió dos personas teniendo sexo.

─Creo que alguien nos ve─ Omar paró.

─Sigue, no importa, que le den─. Él sonrió y continuó, el orgasmo de ambos se venía. Sucedió, un espasmo llenó a Marina, seguido de un placer inigualable, sus músculos se contrajeron producto del placer. Omar eyaculó en el condón. Los jadeos no cesaron.

Lobo de Montaña (libros 1 & 2)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora