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Segunda Parte

Alma observó a su hermana con inocencia.

─¿En serio Andrea?─ Victoria la enfocó─ ¿como puedes ser así?.

─No sé de que me hablas─ fingió.

─Si lo sabes, es evidente que lo dijiste por tu hermana.

─Bueno, al que se le caiga el traje─. Marina sonrió.

─Vete a la mierda Viki si tú no quieres ver lo que tienes delante pues tú misma, pero creeme que no me equivoco al advertirlos a todos.

─Suficiente Dri─ intervino Gui─ he convivido lo suficiente con Alma como para darme cuenta que ella no es nada de lo que acabas de decir, fue muy fuerte ¿no crees?, ¿calculadora?, ¿psicópata?, te has pasado─. Dri rió sarcásticamente.

─Los tiene a todos hechizados, yo me voy de aquí─. Vicente la siguió.

─Creo que yo tampico tengo nada que hacer aquí─ Alma se levantó con ojos llorosos.

─Ey─ Viki la detuvo─ sabes que no debes prestarle atención a Dri, es una idiota, ella si es una psicópata.

─Lo sé, solo quiero irme.

Pero Gui no hiba a permitir que Alma se derrumbara y menos por un comentario idiota de Dri, ella era una persona genial y él necesitaba recordárselo.

─Por lo que veo solo quedamos los más valientes aquí─ Omar sonrió─. Como que ambos están muy callados─ se dirigió a Martín y Samuel.

─Solo no me siento muy bien─ dijo el joven Garza.

─Bien, ya es hora de que se sientan mejor─ Rey les ofreció un vaso con refresco pero este estaba alterado, secretamente Omar había traído alcohol.

Martín y Samuel bebieron, lo notaron inmediatamente pero no dijeron nada porque tenían profesores delante.

─Vale─ Samu se decidió a hablar─ yo nunca me he emborrachado─ Omar bufó.

─Eres muy aburrido─. Evidentemente todos bebieron.

─Creo que tengo la pregunta perfecta─ aseguró Rey dispuesto a ponerle un poco de picante a la situación─ yo nunca me he acostado con alguien del mismo sexo.

─Uff, ese es mi Rey─ el menor de los Lombardo estaba un poco mareado─. Ahora si se prendió esto─. Martín y Samuel se miraron, dudando. Rey bebió, Viki lo miró extrañada.

─¿Qué?, quería experimentar.

Amalia y Javier también bebieron.

─Diablos, profesores, ustedes son tremendos─ Daniel no pudo evitarlo.

─Que se creen, nosotros también sabemos divertirnos─ respondió Javier con toda la confianza.

Martín y Samuel finalmente lo hicieron.

─Lo sabía─ dijo Omar─ pero la pregunta aquí es─ ¿les gustó?, ¿te gustó hermanito?.

─Omar, ¿por qué no te mueres?─soltó Samuel tajante. Todos rieron. Los efectos del alcohol.

Daniel los miró con orgullo, aunque aún no lo confesaban ya de por si aceptarse era de reconocer.

─Bien, creo que este juego ya se acabó─ Amalia trató de levantarse.

─Venga miss ilíada, no sea aburrida─ Daniel hizo un mohete.

─No, pero varios de sus compañeros les tienen una sorpresa en la cafetería─. Marina y Omar la miraron extrañados.

Lobo de Montaña (libros 1 & 2)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora