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Segunda y última parte

Teresa regresó al campamento de la mano de Sergio. Alma corrió desconsolada a abrazarlo, las saladas lágrimas descendiendo por sus mejillas, sus ojos azules se veían cristalinos.

Todos los niños fueron con el pequeño, llenándolo de preguntas, otros lo abrazaron y Paula le dió un beso.

─¿Cómo te escapaste de él?─ preguntó Martín.

─Por dios, a quien le importa eso─ bufó Omar.

─A nosotros─ rebatió Samuel y Omar lo miró mal.

─Lo importante es que estás aquí, que estás bien─ dijo Alma.

─¿Dónde está mi padre?─ inquirió Sergio.

─Fueron por medicinas─ informó Dri.

─Mentira─ interrumpió Omar─. Ese monstruo no se ha ido, los está persiguiendo y los matará a todos, luego vendrá a por nosostros.

─Omar, ya está bien─ Samara lo reprendió.

─Yo solo digo la verdad─ se encogió de hombros.

Alma se quedó pensativa para luego mirar a Dri─. ¿Eso es cierto?. Mamá...¿no volverá?.

─Claro que volverá, Omar es un tonto que solo busca llamar tu atención─ dijo la mayor y Alma se sonrojó, Sergio apretó sus puños.

─Tranquila Alma─ Majo se acercó─. Todo irá bien, ya lo verás─ sobó su hombro.

─Gracias─ sonrió.

─¿Cómo lo encontraste?─ le preguntaba Lilian a Teresa.

─Caminaba por el bosque, buscando a Augusto, cuando lo vi, apoyado de sus rodillas, llorando al pie de un árbol.

─No entiendo como puedes estar tan tranquila─ comentó Vivian─. Pilar está encerrada en la cabaña de al lado sabrá dios haciendo que, los hombres desparecieron, aparecen estos dos niños de la nada, muere Eloise, otro extraño, Camille y ahora Emily también desaparece, ¿no te parece que todo esto fue demasiado lejos?, y encima ustedes actúan como si no ocurriera nada, comienzo a pensar que están detrás de todo.

─¿Pero tú estás loca?, ¿cómo se te ocurre acusarnos de algo tan grave?, definitivamente has perdido el juicio.

─Puede que Viviana no esté del todo equivocaba─ habló Lilian.

─¿Tú también?─ Teresa le lanzó una mirada.

─Solo decimos que es demasiado sospechoso que no hagan nada al respecto.

─Llamamos a la policía, es que no podemos hacer nada más─ alternó la mirada entre ambas, tratando de convencerlas.

─¿Crees que sus argumentos sean ciertos?─ le preguntó Giovanna a Samara, ambas escuchaban la conversación pues la cabaña era muy pequeña.

─Yo creo que no, Lilian y Viviana solo están desvariando, llevamos varios días aquí, ellas están acostumbradas a la ciudad, de hecho, creo que fue lo que volvió loca a Eloise.

─No lo sé Samara─ insistió─. ¿No te parece raro?.

─Venga Giovanna, no digas tonterías.

Samara y Teresa compartieron una mirada cómplice, y una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro.

Todos en la cabaña escucharon el ruido de unas sirenas, la policía había llegado.

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Augusto pudo sacar una pistola y asesinar a tres de las fieras de Arturo. Sus niños, Ana y Andrés lloraban desconsolados.

Lobo de Montaña (libros 1 & 2)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora