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Tercera y última Parte

Alma

─¿Qué piensas hacer?─ Viki ladeó la cabeza, aterrada.

─No quiero oír tu voz en estos momentos─ jamás pensé poder hablarle de una manera tan fría y cruel a mi mejor amiga, no se de donde saqué fuerzas.

Recogí mis piernas con tal de amortiguar mi grito en mis muslos. Uno, dos, tres...track, con gran fuerza rompí mi pulgar.

─Awww, ¡mierda!, ¡joder!─ ahogué el grito, un dolor indescriptible, peor después, los latidos se incrementeban en esa zona.

─Alma, ¡¿qué has hecho?!.

─Mierda─ seguía maldiciendo, pero no era momento para arrepentirme, lo más difícil estaba echo. Proseguí a desatar a mi amiga, fue fácil pues ella estaba amarrada con cuerdas.

Salimos por la rechinosa puerta, una luz tenue nos invadió, distinguimos algo, estábamos en una especie de bóveda bajo tierra, definitivamente era su guarida. Observamos un escritorio y nos acercamos a él, habían muchos papales pero algo resaltaba, un mapa, del bosque, con varias cruces marcadas, era el que utilizaba para no perderse, pero había  algo más, una mucho más grande, decía "Cancerbero". He escuchado de él en la mitología griega, era el perro de tres cabezas y cola de serpiente, guardián del inframundo.

─¿Qué crees que sea?─ indagó Viki.

─Su verdadera guarida, debemos llegar a ella.

Escuchamos pasos acercándose.

─¿Qué es eso?...─ Viki no pudo terminar de hablar, un hacha nos separó, pasando entre nuestros rostros, tirándonos al piso y clavándose en la pared.

─Alma, Alma, no dejas de decepcionarme eh─ su voz me estremeció.

Me agarró por el cabello, yo grité, en cambio recibí una fuerte bofetada, tosí y sangre salió de mis labios, me los había roto.

─¡Alma!─ gritó Viki, solo para recibir una bofetada y desmayarla parcialmente.

─¡Suéltame!, maldito─ otro golpe directo a mi rostro, esta vez fue mi nariz la que sangró.

Escuché un fuerte golpe, el hombre cayó al suelo, desvelándo detrás a una Viki furiosa, sosteniendo un palo.

─¡Vámonos!─ gritó.

Corrí hacia una trampilla que se veía en el techo de la bóveda. Subí tan rápido como pude hasta llegar a la superficie, estábamos en medio del bosque. Pero me di cuenta de que Viki no me seguía.

─¿Viki?.

─¡Alma, corre!─ observé como forsejeaba con el enmascarado.

─No te dejaré.

─¡Alma, que corras!.

─¡Viki!─ lágrimas inundando mis ojos nuevamente, pero no podía quebrarme en ese momento─. Regresaré por ti Victoria, te lo prometo, resiste por favor─ y entonces me eché a correr, corrí como nunca, como si un animal salvaje me persiguiera; y eso hizo, pude sentir su voz:

─¡Alma!, voy a por ti, no te escaparás de mi.

Pánico, miedo...Solo la persona que lo vive sabe lo que es el verdadero terror, y eso precisamente lo estaba sintiendo en estos momentos. Tuve que descansar detrás de un árbol, mi respiración demasiado agitada, cuando unas manos cubrieron mi boca, grité.

─Shh─ susurró él─. Distinguí esa voz y me volteé, jamás pensé que me alegraría tanto verlo.

─Omar─ musité.

Lobo de Montaña (libros 1 & 2)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora