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Segunda y última Parte

─Gracias, ayuda mucho─ por primera vez se notó el sarcasmo de Omar. Eloise le regaló una sonrisa de boca cerrada.

─Niños, ¿qué hacen aquí fuera?─inquirieron Lilian y Viviana, sus expresiones eran de confusión y miedo por lo que acababa de pasar.

─¿Alma?, ¿qué pasa?─ habló Evandro.

─Hablando del diablo y se aparece─ murmuró Eloise.

Se acercó a los padres y les contó lo sucedido, Lilian y Viviana llevaron ambas manos a sus bocas y corrieron a abrazar a sus hijas mientras que Evandro se mantuvo ahí, como analizando la situación, Alma y Andrea tuvieron que correr hacia él y abrazarlo con fuerza.

─Papá, tengo mucho miedo─ dijeron ambas.

─¿Donde está mamá?─ preguntó Alma, con ojos llorosos.

─Su madre...─ sentía el pecho oprimido, temía decirles que su madre ya no volvería cuando ni él se lo creía─ su madre...

─Aquí estoy─ la voz sonó por detrás de él. Evandro se volteó sorprendido.

─¡Mamá!─ las niñas corrieron hacia ellas.

─Mis pequeñas, temí tanto por ustedes─ besó sus cabellos.

─Emily...estás...

─Viva─ completó la frase─ ¿no te alegra?.

─Cla...claro solo que creí...no importa─ la abrazó─ lo que importa es que estás bien.

Emily sonrió por primera vez con falsedad, no olvidaba las palabras de aquel hombre, todos ahí eran falsos, peligrosos, criminales, y ella haría que sus máscaras cayeran.

─Mamá, no te imaginas, liberamos un demonio, el mismo que papá me dijo habitaba en este bosque, poseyó a un chico e hizo que hiriera a la madre de Samuel─ dijo Alma rápido, tanto que tuvo que parar para respirar.

─¡¿Qué?!─ estaba atónita─. ¡¿Qué pasó aquí Evandro?!.

─Niñas por favor, vayan con sus amigos─.pidió─. No lo sé, cuando llegué había un charco de sangre─ señaló─ y me enteré que Javier, el chico ese, se volvió loco, tomó una motosierra y le destrozó la pierna a Giovanna.

─¡¿Por dios?!, ¿las niñas vieron eso?.

─Al parecer si.

─¡¿Y lo dices así tan tranquilo?!.

─¿Y qué quieres que te diga?, estabas perdida en el bosque, dejé a las niñas durmiendo y salí a buscarte, estaba desesperado.

Si no llegaba a saber todo lo que ya sabía del hombre con el que se había casado le había creído.

─Tienes razón, perdóname.

─No pasa nada.

─¡Emily!, dios que bueno que estás bien─ Eloise la abrazó con un cariño fraternal y a la vez preocupación.

─Si, ya pasó todo─ se esforzó por sonreir, aunque era difícil con todo lo que estaba viviendo─. También me enteré de Giovanna.

─Una catástrofe─ negó.

─Bueno voy a la enfermería─ dijo Evandro.

─Yo no creo que haya sido un accidente. Los niños me contaron que jugaron a la ouija, ahora andan diciendo que atrajeron un espíritu o algo así.

─No creerás eso ¿verdad?.

─Claro que no Emily, ese joven estaba drogado.

─¡¿Qué?!─. Emily recordó las palabras de el hombre del bosque: Este lugar es rico en setas alucinógenas─. Por supuesto─ soltó.

Lobo de Montaña (libros 1 & 2)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora