Lobo de Montaña (libros 1 & 2)

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Segunda y última parte

─Chicos no me encuentro bien─ dijo Betty al mismo tiempo que Majo se puso de pie y amenazó a Alma.

─María José, por favor tranquilízate─ trató de decir Viki, con la voz entrecortada, temblando. Pero la joven Conte se giró hacia ella.

─¡Cierra la boca!─ gritó como una desquiciada, Betty se estremeció y Victoria la agarró de la mano con fuerza. Majo regresó la navaja al cuello de Alma en el asiento de el copiloto, Phillipe comenzó a despertarse─. Escúchame bien psicópata de mierda─ le dijo a Omar─ es tú última advertencia, a mi esta zorra me da absolutamente igual.

Omar soltó una carcajada, las amigas de la chica lo miraron con los ojos bien abiertos, Alma no era capaz de moverse, estaba aterrorizada, una lágrima rodó por su mejilla.

─¿De verdad crees que me asustas con eso?─ inquirió el joven Lombardo, observando por el retrovisor a Phillipe─. Yo que tú velaba por tu hermano y me dejaba de tonterías, ambos sabemos que no serías capaz de hacer nada. No eres más que una adolescente reprimida, enamorada de su hermano, un desequilibrado mental que además tiene problemas de autoestima, que bonito, se merecen un oscar.

Majo se giró solo para ver a su hermano recomponerse, quejándose de el dolor.

─¡Filipo!─ gritó.

Omar aprovechó la oportunidad para dar un frenazo, ya se encontraban en la carretera, el olor de las llantas al tener ese rechinante contacto con la superficie de el asfalto invadió el interior de el vehículo. Ante el impacto María José perdió el control, cayendo encima de su hermano, este ahogó un quejido.

Viendo el camino libre, Victoria se armó de valor, lanzándose encima de la gemela Conte y arrebatándole el arma.

─¡Espera...no!─ alcanzó a decir la atacante. Cuando la peliroja lanzó la navaja por la ventanilla perdió aún más el control─. ¡Maldita zorra!─ la abofeteó.

─¡Hija de puta, acabaré contigo!─ Viki le devolvió el golpe.

Omar escuchó un extraño e incómodo ruido─. ¿Qué es eso?─ se dijo así mismo para luego abrir los ojos como platos─. ¡Joder, que hay una bomba!.

─¡¿Qué?!─ chilló Alma─ mierda, ¡tenemos que salir de aquí!

Omar se quedó pensando para luego decir:─ nos desharemos de esos dos─ señaló a los gemelos Conte.

─Definitivamente no vamos a hacer eso─ Alma lo miró desconcertada.

─Trataron de matarnos.

─Tú también.

─Son ellos o nosotros. Recuerda que lo haces por Dri.

Algo quedó reflejado en los azules ojos de Alma, la maldad de Omar, esa crueldad, ese sadismo que por alguna forma le encantaba de él. Volteó la vista hacia sus amigas en el asiento trasero y asintió en aprobación. Beatriz y Victoria salieron de el auto por la puerta izquierda. Majo trató de impedirlo, agarrando a Viki de una pierna, pero esta le propició una certera patada que la dejó noqueada, el tiempo suficiente para que todos lograran huir de el interior del vehículo.

─¡Vámonos!─ gritó Betty pero cuando intentaron correr algo los detuvo, esa figura tan imponente, a la que con solo mirarla producía escalofríos; el vengador.

─Muy bien─ dijo Omar dramáticamente y luego mirado a las chicas─. Creo que tenemos un problema.

─Eh, dejádnos salir─ era la voz de Majo, golpeando el cristal, sus gritos eran de pánico, de terror, tanto que las tres chicas sintieron cierto ápice de culpa.