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Segunda y última Parte

─¿De qué estás hablando? Betty sacó su jersey gris y lo acomodó en el pequeño y rústico armario a su lado. No le estaba prestando mucha atención.

─Todo comenzó desde el día que anunciaron que veníamos a este lugar, hasta entonces no lo sabía pero era un sueño, ahí, en mi subconsciente una bomba explotó en el Golden High.

─Dios, eso es horrible─ Viki se sentó en la cama.

─Y eso no es todo─ continuó─ vi a un hombre, con un pasamontañas─ su respiración comenzó a tornarse agitada─ él...los mataba a todos...─ su voz se cortó─ los mataba a todos ustedes, de una manera que no puedo describir con palabras, ruin, sórdida, sádica─ una lágrima rodó por su mejilla─ desde entonces lo he estado viendo en todos lados, mirándome, incluso sonriendo, tengo miedo chicas, mucho miedo─ se abrazó a si misma.

─Oh cariño─ la peliroja corrió a abrazarla─ tranquila si. Solo fue un mal sueño. Tu cerebro lo asimiló de mala manera, y con los medicamentos que tomas─ le acarició el cabello─ es una gran confusión de tu mente─ sonrió─ todo, absolutamente todo estará bien.

─Eso ya no lo sé chicas, estoy dudando de mi condición mental, eso que veo no puede ser normal.

─No digas eso ni en broma─ insistió Viki─ has pasado por mucho...hemos─ corrigió─ y no vamos a retroceder ahora, lo que necesitas son comprimidos, tienes ansiedad, supongo que estar en el mismo lugar donde ocurrió el accidente de tu madre te trae malas auras pero es todo, no estas empeorando.

─Miren a la Viki, lleva tan solo unos meses asistiendo con Cecilia y ya se cree una psicóloga─ bromeó Betty, para alivianar la situación, ese era su trabajo. Las tres rieron.

─Somos una─ Alma llevó una mano al frente─ para siempre, como las tres mosqueteras de nuestra infancia─ hizo un ademán para que juntaran manos─. ¡A romperla!─ instó y las demás la apoyaron.

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─Oye, te vi conversando con Alma en el autobús, ¿te gusta?, digo porque comentan por ahí que es un poco rara─ comentó Rey, mientras jugaba con una pequeña pelota de tenis.

─No es así, tampoco creas lo que dicen todos─ negó─ apuesto a que son Marina, sus amigas y Omar, que dicho sea de paso no entiendo como Dri puede llegar a ser tan cruel con su hermana.

─Lo siento bro, yo solo quería ayudar.

─No pasa nada─ sonrió─ pero no vuelvas a hablar mal de Alma, la quiero mucho─ lo miró divertido─. Y eres un descarado también eh─ ahogó una risa.

─¿Por qué lo dices?.

─¿Por qué?─ sonrió─ te vi con Viki y no parecía un simple coqueteo, ¿te gusta?.

─Me parece atractiva, no lo niego, pero tengo que llegar a conocerla mejor para poder decirte si quiero tener algo serio con ella.

Cuando todos desempacaron, muchos con caras largas y otros no tanto se dirigieron a el comedor. Martín y Samuel se adentraron en el bosque.

─¿Estás seguro de que sabes por donde vamos?, hace años no venimos aquí.

─Tranquilo amor─ dijo Martín sereno y tomándole la mano─ aún reconozco algunas cosas, aunque tengo que decir que todo a cambiado mucho.

─Sabes, este lugar siempre me causó un escalofrío terrible.

─¿Cómo, un escalofrío?─ inquirió intrigado.

─Tal vez estaba loco ese entonces o aún lo estoy, pero, no se me quitaba de la cabeza que veía un hombre completamente vestido de negro.

─Creo que todos tenemos una pizca de locura─ rió.

Lobo de Montaña (libros 1 & 2)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora