Kayleah
Malibú, mi querida playa.
Aquí me encontraba esperando que mi mejor amiga volviera del trabajo, como aquella vez, tenía mi tablet en mano y con su lápiz mientras hacía un boceto flojo. No dibujaba desde esa vez que me encontré a Harry y me pidió el móvil porque se había quedado fuera de casa.
Esa inspiración que perdí por meses había vuelto, ya no solo te trataba de editar, también quería trabajar en nuevas sesiones e hice un brain dump de lo que podría venir. No me tocaba ir a la agencia por lo que me dediqué a disfrutar, a volver a aquellas cosas que estaba dejando de lado.
La pelirroja llegó con unas mantas, café en unos termos y en una bolsa venían chucherías para comer. Nos pusimos al día y sacó a luz la relación que llevaba con Conan, que se dio de forma espontánea en ese lapsus donde no hablábamos, que fue su red de apoyo e incluso la sacaba de casa para despejar la mente. Me parecía un gesto tierno de su parte, una faceta que no conocía de mi amigo por su obsesión con el trabajo y los números. Al parecer estaba más relajado porque lo ascendieron y ya nos e encarga de todo lo que su jefe le daba, estaban abusando laboralmente de él y lo hizo notificar ganándose su nuevo puesto.
Vimos el atardecer en el mismo lugar y tomé unas fotos con el móvil de tan hermosa panorámica. Llegué a mi piso a preparar la cena con la fe de que Harry viniera esta noche. Los ensayos habían terminado y necesitaban pruebas de vestuarios antes de que comiencen las grabaciones, él se la pasaría en Palm Springs y nos veremos la nada misma.
En una semana más llegaba Simon de su viaje y estaba emocionada de verlo de nuevo, serían sus vacaciones y no sé cuánto se quedará aquí, espero que lo suficiente para que me acompañe y poder mostrarle lo que he hecho, quería ver su cara al ver el primer borrador de la revista, ya que, si bien se estaba haciendo su fama, aún no es protagonista de ningún tomo de otras revistas o campañas de modelaje.
Preparé hummus en sandwich con huevo y aguacate, además de unos platos con pasta y una salsa que contenía verduras. Parecía una cena bastante elaborada cuando en realidad no me demoré mucho en prepararla.
La hora pasaba, eran eso de las diez de la noche cuando supe que no vendría y me decidí a probar un bocado. El sandwich me lo terminé por completo pero la pasta tuve que dejar porque mi estómago se encontraba más que lleno.
Le envié un mensaje al castaño preguntándole si vendría, no respondió y decidí irme a acostar.
La cama se sentía vacía, llevábamos varios días sin separarnos y realmente cuando su ausencia se hacia presente lo extrañaba, mi pequeño departamento se veía muy grande para una persona como yo. Al parecer él se convirtió en mi hogar, después de tantos años viviendo sola, una persona terminó siendo el acogedor lugar que quería construir.
Me costó dormir esa noche, me movía y despertaba con la mente en blanco, no había manera de explicar lo que me pasaba, o para mí lo era. Terminé levantándome a las cinco de la mañana, con la intención de despejar lo que fuera que me estaba atormentando, fui a trotar. El sol aún estaba escondido, así que calenté en una zona verde del edificio hasta que la luz apareciera. Por lo menos no era la única persona haciendo deporte en la mañana, y llegando al puerto habían otro montón más.
Santa Mónica también era bonito, sus atardecer de colores y las luces de Pacific Park le daban su toque pero que fuera tan peligroso, lleno de indigentes y gente extraña le quitaba esa belleza. Recuerdo haber elegido esta zona para vivir porque me gustaba la playa, sin embargo, al mes de estar instalada me di cuenta de que no era tanto como lo pintaba.
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Alive H.S. ©
Fanfiction¿Por qué no me puedo amar ni la mitad de lo que te amo a ti? Cuando una fotógrafa trabaja para modelos de alta costura es imposible no compararse. Inicio: Octubre 2020 Término: Mayo 2022 angelinasmj ©