Kayleah
Mis manos sudaban ante la anticipación y eso que aún no salgo de casa.
Apenas he dormido anoche pensando en todo lo que preparé para la llegada de Harry, aunque ni siquiera sabía si se quedaría conmigo o iría a aquel lugar que alquila.
Me había puesto una ropa bonita acorde a la temporada, aunque aquí en Los Ángeles siempre había buen clima y era agradable la mayor parte del año. Abroché el collar que había llegado hace unos días alrededor de mi cuello, iba muy ligera con colores muy neutros para que quedara bien y me gustó el resultado; un poco de maquillaje que cubrían mis ya casi inexistentes ojeras. Los días con Simon me habían ayudado mucho a no pensar en eso, sin embargo, en el momento que puso un pie fuera de mi piso mi cabeza me atormentó pero no llegó a pasar nada graba, por suerte pude distraerme con algunos volúmenes de la revista o películas de las tantas listas que había hecho para matar mi tiempo.
Las cosas en la agencia iban bien, compartir con niños me alegraba el día como podía romper mi corazón, tuve que escuchar historias tristes y me propuse que, si todo salía como lo planeado, iría incorporando a esos pequeños seres en la revista, que aportaría monetariamente con la agencia para que surgiera pero primero necesitaba alcanzar mi meta para ayudarlos a ellos, por ahora con suerte me alcanzaría para sustentarme a mi misma.
Tomé las llaves del coche, saludé al conserje y me marché camino al aeropuerto, que quedaba al otro lado de la ciudad porque allí llegaban los vuelos internacionales y no al de Santa Mónica, que prácticamente me quedaba al lado.
Las calles de LAX como siempre se encontraban llenas de coches, las filas para recoger a la gente a la salida del aeropuerto igual. Veía el móvil a cada segundo esperando la llamada de Harry. Llevaba puesta una gorra y unos lentes con el cabello recogido para pasar desapercibida entre los espectadores que pudieran reconocerlo mientras que él, como pude ver, llevaba una camiseta blanca y unos shorts claros. Miraba para todos lados y no pude evitar sonreír, le costaría reconocerme pero le envié un mensaje que mirara a su izquierda; se acercó al coche rápidamente y le abrí el maletero para que guardara su equipaje.
Nos saludamos de un simple "hola" porque queríamos irnos luego de ahí antes de que se enteraran de que nuevamente se encontraba en Estados Unidos.
— ¿Cómo estás? —Preguntó suave, extrañé su voz en vivo y mi cuerpo pedía abrazarle.
—Bien —le sonreí, mis ojos deben de estar con un brillo y aguados porque sentía las ganas de llorar de emoción al volver a verlo—. ¿Cómo estuvo el viaje? ¿Cansador?
—Como siempre, aunque ya me acostumbré —se encogió de hombros e hizo una mueca—. ¿Rentaste un coche para venir a buscarme? No era ne...
—Lo compré —solté antes de que terminara—. Antes de ir contigo al otro lado del mundo había estado ahorrando por uno nueva y al llegar me di cuenta que era demasiado, hay otras prioridades pero de igual manera necesitaba uno para movilizarme con mi equipo, sobre todo ahora con el nuevo trabajo.
—Te felicito, cariño —sonrió, esa sonrisa que me mataba y me llenaba de deseos de comerlo a besos—. Estás haciendo todo de lo que te estabas privando.
—El viaje me abrió los ojos, te lo debo a ti.
Llegamos a la casa que alquiló, antes de si quiera tuviera la oportunidad de siquiera abrir la puerta yo ya estaba encima suyo, rodeando su cuello con mis brazos y escondiendo mi rostro en su cuello. Emanaba ese exquisito olor que solo a él le quedaba bien, acaricié su cabello y rodeó con sus grandes manos mi cintura.
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Alive H.S. ©
Fanfiction¿Por qué no me puedo amar ni la mitad de lo que te amo a ti? Cuando una fotógrafa trabaja para modelos de alta costura es imposible no compararse. Inicio: Octubre 2020 Término: Mayo 2022 angelinasmj ©