capítulo cuarenta y seis

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El doctor me atendió a primera hora de la mañana para entregarme los resultados, lo veía moverse de un lado para otro mientras oraba los nutrientes en los que estaba bajo y que finalmente si era anorexia y bulimia, aunque eso lo tenía claro hace meses. Sin embargo, me dejó con la boca abierta con las últimas palabras:

—Usted está embarazada, señorita —fruncí el ceño sin saber qué hacer—. Es un embarazo de alto riesgo por lo que debe decidir si lo quiere tener o no lo antes posible.

—P-pero ¿está cien por ciento confirmado? —Me mordí el labio que se encontraba totalmente seco, si tiraba de alguno de sus cueritos me saldría sangre.

—Sí, debido a lo que me contó sobre su periodo realizamos una prueba y debe tener aproximadamente un mes —me entregó el sobre con los resultados—. Para verificar el estado del feto se necesitan hacer otros exámenes como una ecografía, y para esto esperamos también una respuesta pronta. Al grado que usted está de sus enfermedades pueden poner en peligro la vida de ambos.

—Y-yo —mis ojos lagrimeaban, estos dos días no han sido más que llantos y emociones fuertes— necesito pensarlo ¿sí? ¿Cuánto tengo para pensar lo del aborto? —La palabra no me causaba miedo solo que necesitaba procesar demasiada información. 

Jamás me había imaginado ser madre, no estaba dentro de mis planes, mucho menos después de las promesas que me hice la noche anterior. Mi cuerpo cambiaría y engordaría, mi abdomen se volvería una pelota y tendría antojos llenos de grasa; no quería, no podía tener a ese bebé. 


Kris llegó con unos cuantos papeles que demostrarían mi ingreso pronto a la clínica, sin embargo, necesitaba un tutor que estuviera a cargo de mí durante ese tiempo y no podía ser una carga para una amiga, debía decirle a mi madre sobre mi internación. No sabía a quién acudir aún sobre el otro tema, me generaba un conflicto enorme en mi cabeza y era aún peor que, al estar sola en la sala del hospital mi única opción era sobre pensar. 

¿Debería decirle a Harry? ¿Debería pedir su opinión antes de tomar una decisión? Finalmente es mi cuerpo y tengo el derecho de hacer lo que quiera con él y mientras tampoco tenga claro eso, no iba a comentarle lo sucedido. 

— ¿Qué sucede? —Mi amiga, que hace un rato llevaba hablándome de algo que dejé de prestar atención, me preguntó.

—Estoy embarazada —solté sin pensarlo—. Kris, no sé si tener a ese bebé —la paré antes de que se levantara a abrazarme.

Y el silencio reinó en el lugar; era difícil, la ayuda de alguien no sé qué tanto me serviría en la decisión final. 

¿Una criatura cambiaría mi forma de ver la vida? Me gustaban los niños, eso ya no lo puedo negar, amo trabajar en la agencia y ver a las más pequeñas siendo felices, corriendo y abrazándome dándome las gracias, pero ¿ser madre será lo mismo? Es una responsabilidad muy grande, un paso donde uno debe estar preparado psicológica y monetariamente. Cualquier persona no tiene los medios para traer a un ser en el mundo, ¿en qué punto quedo yo? Tengo mis ahorros que me vienen bien y me han sustentado; mi trabajo no requiere de toda mi atención. Podría ser madre, cuidar a un bebé y darle el amor que mis padres no me dieron a mí, pero ¿qué pasará conmigo? ¿Cómo me sentiré? ¿Cómo reaccionará mi cuerpo? 

Necesitaba hablar con terapeuta, tal vez ella me de la respuesta a este lío, tal vez me ayude a poner la cabeza en frío. ¿Un listado de ventajas y desventajas serviría? 

¿Por qué dejé de cuidarme? Recuerdo muy bien que después de venirme de Londres no volví a comprar pastillas porque mi periodo se había ido por completo debido a la enfermedad, conocía los efectos de dejar de comer lo necesario para que mi cuerpo esté bien y no me molestaba andar sin menstruación, incluso lo consideraba un alivio. Vaya estupidez; fueron pocas veces donde el sexo con Harry fue sin protección, si cuento las ocasiones los dedos de una mano serían suficientes. 

Alive H.S. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora