capítulo cincuenta y tres

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Kayleah

El estrés por el que estaba pasando no era para nada sano, en las noches después de la cena me estiraba en la cama y me quedaba dormida como si hubiese corrido una maratón. Ya íbamos por el tercer tomo de la revista, estaba listo para ser impreso y lanzarlo una vez que me encontrara fuera del centro, no me quedaban más que un par de semanas y era netamente para asegurarnos de que el bebé estuviera en perfectas condiciones. 

Tenía permisos los fines de semana para salir y coincidían con los ensayos de los Grammys, hasta ahora no me he encontrado con Harry y no quería hacerlo porque no tengo ya cómo ocultar el embarazado. Los seis meses se estaban notando y por mi delgadez mi bulto era más pequeño de lo normal, aún así, esos canguros que usaba comenzaban a apretarse y he decidido irme a por los vestidos, he recibido algunos de parte de mi madre y de Aada que me vienen a visitar seguido. Margot está más emocionada que yo por el embarazo y he tenido que enviarle fotografías y videos de cuando la pequeña criatura se mueve. No se ha querido mostrar en las ecografías pero ya se podía saber el sexo, solo había que esperar a que le de la gana de moverse durante la hora a la ginecóloga. Me ponía ansiosa pensarlo, sin embargo, el trabajo me ha mantenido ocupada. 

Ya la otra semana era la ceremonia oficial de los Grammys siendo este fin de semana el último de los ensayos, estaba confirmado que Harry estaría el sábado y necesitaba buscar el vestido adecuado y la forma de apartarlo antes de que pudiera abrazarme. 

— ¿Estás lista? —Levanté la cabeza asustada, era Simon listo para llevarme al ensayo.

— ¿Ya es hora? —Fruncí el ceño porque no me había percatado de la hora, el tiempo aquí pasa rápido algunos días y otros muy lentos.

Colgué en mi bolso con mi equipamiento un canguro en caso de que el frío golpeara en la noche; a pesar de que Marzo había llegado el clima había cambiado drásticamente y la primavera estaba llegando con su sol, alergias y flores. Esperaba que el veintiuno me dejaran libre, así disfrutar del primer día primaveral en algún jardín botánico de la ciudad.

Mi amigo rubio me tomó de la mano y besó mi mejilla. Después de ese día donde nos besamos, seguimos haciéndolo, sin embargo, ambos estábamos claros de que no llegaría más allá de una amistad pero nos gustaba el juego y mientras no tuviéramos un interés amoroso por otra persona, esto seguiría así. 

No superé a Harry y no creo que lo haga pronto, tener su bebé en mi vientre me impedía olvidarlo porque pensaba en si se parecería a él o a mí, además, lo llegué a amar tanto que necesito llevarlo a mi tiempo. No servía de mucho que habláramos por videollamada y me sonriera, que me transmitiera su felicidad y que me contara sus ajetreados días entre filmar una nueva película, grabar un disco y otras cosas.

— ¿Estás nerviosa? —Subimos a mi coche, se lo había pasado a él para que me hiciera de chofer aprovechando de que estaba de vacaciones de dos meses luego de la ardua semana de la moda que tuvo en Europa. 

— ¿Crees que se de cuenta? —Me toqué la panza—. Ya no puedo ocultarlo, no sé qué excusa poner si se llega a enterar.

—Pues dile la verdad, al final, quieras o no fue el dador de esperma —lo decía con tanta naturalidad que terminé golpeando su hombro—. Mira, solo no lo abraces porque aparte de que me pondré celoso, de esa manera si se dará cuenta.

—Tampoco pensaba en hacerlo ¿se sentirá mal si no nos abrazamos? Es normal que lo hagamos, incluso, todos mis cercanos me abrazan al verme —me mordí el labio, estaba a nada de comenzar a vomitar palabras.

—Que yo sepa no es muy normal que los exs sigan teniendo tanto contacto como tú y Harry.

Me quedé callada porque era verdad, Harry es el único con el que he mantenido el contacto y eso que ya han pasado tres o cuatro meses desde que me dijo que quería terminar en el hospital cuando peor me encontraba.

Alive H.S. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora