El capitán del Red Force comenzó a caminar de un lado a otro, observando el lugar por dónde debería estar llegando el bote de la rubia. Se sentía intranquilo con el pasar de las horas, el equipaje de Reina había llegado a la costa sano y salvo, gracias a los juguetes vivientes que habitaban en Dressrosa. Pero no había rastro aún de Reina ni sus escoltas, sabiendo que se tardarían casi todo el día, hubiera sido él quien la hubiese acompañado a hacer las compras. Pasar el día con Reina se escuchaba como un día glorioso, aunque su cabello y cicatrices revelarían su identidad.
Lo que realmente lo tenía intranquilo era que la Tenryūbito estuviera en tierras del Gobierno y que, por alguna valiente o estúpida razón, buscará la ayuda de algún Marine. No le importaba enfrentarse a unos cuantos marinos y a un Shishibukai, lo que no quería era involucrar a Reina en la violencia desmedida y muchas veces innecesarias del océano.
Por esa razón, en cuanto la mujer estuvo a bordo oficialmente en su barco no dejo de izzar la bandera roja en lo alto del mástil. Por eso había evitado la mayoría de las confrontaciones con otros barcos, después de todo, el Red Force comunicaba a todo aquel que pudiera divisar el galeón que no abría misericordia para aquel que se cruzará con el navío.
Cuando al fin la paciencia comenzaba a agotarse, diviso a lo lejos un pequeño bote con su gente abordo. Yasopp alzó los brazos agitandolos con fuerza para llamar la atención, luego señaló hacía el cuerpo tumbado de Reina. La mente de Shanks se puso en blanco en cuanto noto que la mujer respiraba con dificultad y la manta con la que la habían cubierto estaba salpicada de sangre.
Cuando estuvieron al fin abordo, Reina fue transportada rápidamente hasta la enfermería del barco siendo esperada por Hongo, el médico de los piratas del pelirrojo. Era un sitio pequeño, por lo que solo Hongo permanecería con la rubia en la habitación.
Shanks intento mantener la calma en el pasillo que comunicaba con la enfermería, ni siquiera noto que Olfan había aparecido nuevamente. Yasopp y Beckmann le había explicado lo sucedido, desde sus dos intentos de escape hasta el secuestro. La tripulación de los llamados «Piratas Candy» habían cortado el cabello de la mujer
—Ha sido Merline?— pregunto el pelirrojo con un rostro sombrío, ni siquiera se había atrevido a exigir un espacio en aquella habitación. Beck desvió la mirada hacia la ventanilla del pasillo, desde ahí podían ver cómo se alejaban de la isla, sus labios se habían convertido en una fina línea.
—Nos hemos hecho cargo de todos ellos, Capitán.
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Reina despertó poco antes del anochecer, su cuerpo se sentía pesado y adolorido como si un carruaje le hubiera pasado por encima. Por el movimiento de la habitación intuyo que estaba de vuelta en el Red Force, a pesar de no reconocer el lugar supo que estaba nuevamente a salvó. Intento incorporarse pero su fuerza actual no era suficiente para mover su cuerpo, lo último que recordaba era escuchar la voz de Beckmann y a Olfan maldiciendolo.
Su guardaespaldas se había comportado extraño, como si no le hubiera importado que ella muriera mientras estuviera fuera de la manos de Akagami. Como si lo hubiera llamado, el pelirrojo apareció repentinamente en su campo de visión.
—Te duele algo? Puedes respirar con normalidad!?— las preguntas del capitán estaban llenas de preocupación casi como si estuviera al borde del colapso. Reina no había notado que estaba descansando en el borde de la camilla. Ante su silencio, el pelirrojo se incorporó para revisar las heridas comprobando que nada estuviera fuera de lugar— Reina... Tranquilizame, dime que estás bien.
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Wanted
FanfictionLady Dominique está ansiosa por iniciar su viaje al Nuevo Mundo, era la primera vez que viajaba fuera de la ruta de la nobleza y estaba emocionada por ello. Al menos todo estaba saliendo bien, hasta que divisaron una bandera pirata a la lejanía. Aka...