Durante tres días Reina no había podido dormir plácidamente. La mejor posada del pueblo había resultado ser la "mejor casa de prostitución", por lo que sus oídos debían sufrir el tormentoso sonido que provenía de las habitaciones contiguas y, a pesar de que Akagami había tenido la buena intención de alquilar las dos habitaciones que estaba a cada lado de la suya, igual podía escuchar el sonido bochornoso de los cuerpos uniéndose y los gemidos escuetos y en su mayoría fingido de las prostitutas. La segunda noche, se había acostumbrado lo suficiente como para ignorar los sonidos y dignarse a dormir. Hasta que su cerebro maquino algo que la dejo en vela.
Sería Akagami la persona más cercana a su habitación?
Ese pensamiento la dejo pasmada, su cerebro continuo bombardeandola de imágenes con escenarios ficticios en dónde el pelirrojo comenzaba a subir las escaleras hacia la habitación cerca de la suya junto a dos o tres mujeres con cuerpos despampanantes, luego comenzarían a hacer el amor y a hacer esos horribles sonidos que la llevaban al borde del insomnio. Maldijo el momento en que su mente se imagino el cuerpo de Akagami sin ropa, en su posible rostro lleno de pasión.
Se arropó de pies a cabeza, a pesar de que el clima era caluroso. Debía conciliar el sueño o se pondría de malhumor al día siguiente. No le importaba tratar mal los hombre del Pelirrojo, pero no quería que Olfan sufriera su ira sin razón. El ex pirata ya estaba pasándola lo suficientemente mal siendo tratado como un perro, no quería atacarlo con más problemas.
Después de media hora de batallar con su mente, se quedó dormida. Y al cabo del poco tiempo en que su mente se tranquilizó comenzó a tener un extraño sueño.
Estaba en el mismo lugar donde dormía, el lugar estaba más fresco por lo que tuvo que levantarse somnolienta para observar la noche fría entrar por las ventanas. No recordaba haber abierto los ventanales que daban a una pequeña y sucia terraza, pero que más daba, estaba soñando y podía pasar cualquier cosa. Incluso podría aparecer un tigre de color azul o morado o un cerdo con alas y rallado de cebra.
La cama a su lado hizo un chirrido cuando un cuerpo la hundió. Su nariz podía oler la peste del alcohol proveniente del nuevo huésped. Reina no sentía miedo, era un sueño podía ser incluso ese guapo emperador.
—Akagami...?— pregunto entre murmullos mientras estiraba su mano hasta rozar los cabellos de él. Las hebras rojas le acariciaron la palma de la mano mientras ella le hacía mimos en el cabello. El hombre se mantuvo estático al lado de ella mientras la observaba en silencio. No parecía tener la intención de moverse, ni de intentar hacer algo que la incomodara— Eres tú, verdad?.
Le tocó el rostro con ambas manos, intentando descifrar sus facciones entre la oscuridad. Pudo sentir las profundas cicatrices en su ojo izquierdo, luego paseo su mano dentro de su camisa hasta su hombro izquierdo perdiendo el tacto de su pie a mitad del brazo. Él le gruño, para luego acomodarse encima de ella. Reina también se puso más cómoda, estaba tan insatisfecha que esperaba que el sueño se volviera más intenso. Hacía cuánto no había estado con un hombre? Si es que hacer el amor con su marido podía llamarse tener sexo, ese hombre había sido tan torpe, que la llevo a creer que el sexo no era nada más que un deporte masculino por saber quién aguantaba más.
—Solo quiero tocarte un poco, no voy a lastimarte... Te lo prometo.
Eran dulces palabras que venían de una voz ronca. Incluso en su sueños, podía recordar la voz de Akagami a la perfección. Su cuerpo se tenso cuando sintió la inquieta mano del capitán sobre su cuerpo, explotandola por debajo de la bata de dormir. Se sentía demasiado real, las rasposas yemas de sus dedos, su caliente palma, el olor a alcohol barato cada vez que suspiraba cerca de su piel.
—No...— Reina comenzó nuevamente a sentirse somnolienta cómo si su sueño comenzará a advertirle que estaba por llegar a su fin. A pesar de que su cuerpo estaba ardiendo por culpa de las manos de ese hombre, no podía evitar que el cansancio la venciera. Maldijo por lo bajo, tomando las últimas fuerzas que quedaban dentro de ella— Quiero más, Akagami...—
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Wanted
FanfictionLady Dominique está ansiosa por iniciar su viaje al Nuevo Mundo, era la primera vez que viajaba fuera de la ruta de la nobleza y estaba emocionada por ello. Al menos todo estaba saliendo bien, hasta que divisaron una bandera pirata a la lejanía. Aka...