Tuvieron que pasar unos veinte minutos para que la rubia volviera a estar totalmente presente. Para esos momento, Shanks grito una orden desde donde se encontraba. Y, en poco menos de un minuto, Yasopp apareció en el camarote. Los aprendices que curioseaban las afueras de la habitación había corrido en su búsqueda, nerviosos por el temperamento de su capitán.
El veterano no pidió explicaciones, con un solo vistazo intuyó cuál era la molestia que aquejaba al pelirrojo. Reina lo observó antes de caer en cuentas de que era lo que esperaba Akagami que hiciera.
—No hay nada de malo en mí— la rubia se levantó de golpe mareandose por el repentino movimiento, su guardián la agarro. Ella miro a su hombre de confianza con temor— No dejaré a Olfan solo.
—Llévatela...— Fue la rotunda orden de Akagami.
El tirador suspiro mientras atravesaba toda la habitación para llevársela de nuevo a la bodega. No iba a usar la fuerza, pero la tozudez de la rubia le hizo el trabajo difícil. Para llevársela tuvo que cargarla en su hombro como un costal, todos en el camarote la escucharon gritar como una fiera en el hombro de Yasopp. Solo cuando su voz desapareció en el aire, Akagami y Beckmann se concentraron en su único y verdadero prisionero. El pelirrojo necesitaba explicaciones de lo que acababan de presenciar.
—Hablanos del collar?— pregunto sin mayor entusiasmo.
—Se muy poco sobre eso...
—No ocultes nada, si no quieres acabar muerto— el capitán del Red Force se recostó del espaldar de su silla de madera— No me importara tener que soportar el odio de Reina por unas pocas semanas.
Observo cómo el ex pirata apretaba los puños con fuerza. Los ojos del color del acero de Shanks se volvieron más fríos al detectar en Olfan el nacimiento de los celos. La Tenryūbito no parecía tener un interés romántico por su guardián pero este no parecía compartir su misma devoción. Era una suerte de mierda descubrir que Reina estaba siendo controlada por algún usuario de habilidad, y sin información, no podían utilizar su Haki para intentar liberarla. Debían actuar con cautela, para no herir a la mujer.
El guardián de la rubia no estaba siendo muy cooperativo, aún cuando su señora podría estar en peligro.
—No tengo los detalles muy claros— comenzo a contar el ex pirata. No estaba seguro de que pudiera confiar en aquel Yonkou, pero si aquello servía para disminuir los accidentes al mínimo, valía la pena contarles— Pero, en resumidas cuentas, el alma de Reina está insertada en el collar de rubí— el hombre se acomodó en la silla más cercana, a pesar de no contar con el permiso del capitán. Beck iba a obligarlo a levantarse, pero Shanks lo detuvo para no interrumpir su aparente colaboración— Reina no tiene recuerdos y se desorienta cuando se le quita el collar, es posible que muera si se le deja mucho tiempo alejado de ella— Olfan observo al pelirrojo con gesto ceñudo— por eso no debe tocar la piedra, no debe hacerlo nunca...
—Su cuerpo sufre si la separamos del collar? Saben algo del usuario de la fruta del diablo? Desde cuando ella está confinada?— Necesitaba demasiadas respuestas y no estaba seguro de que aquel guardian tuviera aunque sea una pista que lo llevará al culpable.
El ex pirata negó con la cabeza mientras volvía a mirar la punta de sus zapatos. Le conto la parte de la historia que conocía, excluyendo detalles privados de la vida de su señora. No mencionó por lo que ella debió pasar a manos de su familia, ya que ella para ellos, no era muy diferente de un esclavo. Volviendo al pasado, cuando ambos se conocieron ya ella tenía ese collar puesto como un perro con identificación. Reina se había casado con su dueño, y la primera vez que la vio pensó que no se trataba de nadie especial, un simple Tenryūbito.

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Wanted
FanfictionLady Dominique está ansiosa por iniciar su viaje al Nuevo Mundo, era la primera vez que viajaba fuera de la ruta de la nobleza y estaba emocionada por ello. Al menos todo estaba saliendo bien, hasta que divisaron una bandera pirata a la lejanía. Aka...