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No pasaron muchos días desde aquellos sucesos que lastimaron a esos jóvenes, la semana transcurrió con normalidad dando paso a la siguiente. Jimin no había vuelto a cruzar palabra con Yoongi, ni se atrevía a mirarlo. el hecho de sentir su sola presencia era suficiente para que su corazón se contrajera y doliera.

Recordaba cada palabra que le dijo en su habitación, la forma en como le hablo dándole la razón a lo mal que estuvo actuando de esa manera, pero no podía evitar sentirse herido al saber que después de su íntimo encuentro se viera esa misma noche con Jisoo ¿Pero que podía esperar? Ella era su novia, y él también tenía novio, Hyunjin.

De soslayo observo al pelirosa a su lado tomando apunte a lo que su profesora de química decía, tenía un resaltador fucsia neón con el que resaltaba las cosas que le parecían importantes, realmente parecía gustarle ese tema. Hyunjin era un buen chico, a decir verdad, y estaba agradecido por tener la intención de querer ayudarle a superar y olvidar todo lo que sentía por Yoongi, por tratarlo tan bien y cuidar de él. Jimin aceptaba que el pelirosa en ocasiones actuó mal quizá por celos, pero siempre aprecio su capacidad de aceptar sus errores y buscar la manera de enmendarlos.

Por eso ahora se reprendía por no ser capaz de enamorarse de Hyunjin así lo haya intentado, así se haya esforzado y casi que, obligado a hacerlo, pero no funciono. Y se preguntaba si en verdad podría llegar a amar tanto a alguien hasta el punto de sentir que su corazón y su alma le pertenece cuando nunca se pertenecieron. No necesitaba indagar mucho para saber la respuesta.

Estaba agradecido con Hyunjin pero el agradecimiento no era suficiente para una relación, lo quería claro que sí, sentía un gran aprecio por él, pero no lo amaba. Tampoco pensaba en la posibilidad de terminar, no después de tener presente las veces que lo engaño con Yoongi y se recriminaba por eso. Así que creía que podía enmendar secretamente aquel engaño siendo un mejor novio y complaciéndolo en todo.

—Deberías prestar más atención a la clase. — el pelirosa le hablo sin dejar de ver su libro — ya llevas rato mirándome — sonrió.

Las mejillas del rubio se tintaron de un suave rosa. Sonrió y giro su rostro al frente donde la profesora seguía explicando dándoles la espalda. Se irguió en su puesto intentando prestar atención, pero le era difícil, más cuando durante todo el día podía sentir la pesada mirada del azabache sobre él.

Después de unos largos minutos de clase el timbre sonó dando aviso a los estudiantes el fin de la extenuante jornada escolar.

—Bien, por favor recuerden que este viernes será el baile de caridad. Pueden traer a quien quieran de acompañante, no importa si es de otros institutos. — Dicho esto, la mujer salió del aula.

—Deberíamos ir juntos a comprar algo para ti, para el baile — dijo Hyunjin girándose en su puesto para observar al rubio

—No es necesario, ya sé lo que usare. ¿Tú ya sabes que usaras, Tae? — inquirió buscando la mirada del mayor. — ¿Tae?

—No iré a esa estupidez. — respondió cortante. Jimin frunció el ceño preocupado.

—¿Estas bien? — poso su pequeña mano sobre el hombro de Taehyung logrando que lo mirara.

—Si. me iré ahora.

—Espera, vamos juntos. Llevare a Jimin. — Hyunjin hablo rápidamente, pero a cambio recibió una mirada de rechazo.

—Prefiero caminar. — sin más, Taehyung salió por la puerta perdiéndose ante la vista de su mejor amigo, su primo y unos orbes negros que lo observaban desde la lejanía.

—¿Qué le pasa? — La preocupación en Jimin era realmente genuina, más cuando su amigo llevaba varios días así.

—No lo sé, en casa es igual.

DESPUÉS DE TI[Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora