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Jimin

En los vidrios empañados de aquel viejo camaro yacían figuras sin forma que el rubio estuvo dibujando durante todo el camino mientras cantaba con su suave voz una de sus canciones favoritas que por coincidencia estaba sonando en la radio.

Nobody said it was easy, No one ever said it would be this hard 

Suspiro con melancolía al terminar de dibujar lo que parecía un corazón algo desquebrajado, Jungkook quien conducía solo podía admirar la hermosa melodía que escuchaba y no era precisamente la canción. Lo observo por unos breves segundos y noto que el rubio tenía su mirada fija viendo a través de la ventanilla, como si estuviese mirando el más hermoso paisaje, perdido entre las gotas de la lluvia y algunos relámpagos. La noche era fría.

En cuestión de minutos llegaron a la calle donde vivía Jimin, Jungkook estacionó justo en la entrada de su casa. El menor se removió en su lugar y de manera inconsciente se aferró al peluche azul con caparazón marrón que tenía en sus pequeñas manos. 

Se aclaró la garganta.

—Gracias por traerme Jeon... y por todo lo demás — le dijo sin atreverse a mirarlo. Jungkook sonrió mirándolo atentamente con sus grandes ojos negros. — y gracias por este peluche, esto fue...muy lindo de tu parte — sonrió al recordar el momento en el que el mas alto saco el objeto de aquella maquina, tan feliz e infantil.

—No te preocupes Park, al menos se te quito la tristeza por que murió un personaje ficticio — rio por lo bajo al recordar al chico llorar en el cine.

Jimin rodo lo ojos y comenzó a reír a también, nunca tuvo la oportunidad de compartir un momento así con Jungkook, el tipo más codiciado de la escuela, de hecho, era la primera vez que el castaño era amable con él. Frunció el ceño recordando las palabras que le dijo cuando le dio el peluche. ¿Lo sabía?, pensó.

—Oye Jeon — le llamo esta vez mirándolo a los ojos — lo que me dijiste cuando sacaste esto... ¿Qué significa? — pregunto sabiendo la respuesta, pero en su interior luchaba para que solo fueran ideas suyas.

El castaño se tensó y se acomodó mejor en el asiento, sabía que había cometido una imprudencia en el momento que le dijo eso, Jungkook pensó que si tal vez Jimin se enteraba de que él sabía estaría prevenido y creería que usaría eso para molestarlo, pero la realidad era muy diferente a eso.

Él, quizás solo quería que el chico confiara en él. Podría ser algo estúpido ya que el castaño nunca perdía oportunidad para joderle la vida.

—Oh eso, yo...bueno te vi muy triste por esa tal mika así que... eso, sí. — la excusa más estúpida que se le pudo ocurrir en ese momento, eso pensó mientras rascaba su cuello algo nervioso.

—Para empezar, es Mako no Mika y, para terminar — suspiró — gracias por esto. — dijo alzando el peluche con una genuina sonrisa en sus labios. El castaño imito la acción.

Y solo por eso, por verle sonreír y sus pequeños ojos hinchados por llorar achicarse un poco se sintió bien.

—Bien, ya sal de mi auto no quiero que me pegues lo marica — dijo con rostro fingido de seriedad. Jimin frunció el ceño y negó con la cabeza mientras abría la puerta del auto.

—Adiós Jungkook, ten bonita noche.

—Si como sea — le resto importancia

El rubio sonrió y cerro la puerta para dirigirse a su casa con rapidez, las gotas de lluvia aun eran constantes y no quería enfermar. Entro a su casa subiendo las escaleras rápidamente, al entrar a su habitación se quito la ropa y se puso el pijama rosado con dibujitos de patitos que Taehyung le había regalado en su ultimo cumpleaños, era su favorita y además era cómoda.

DESPUÉS DE TI[Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora