VALENTINA
—¿Porque la gente habla de ti como si fueses una roca sin sentimientos? —su sonrisa se extiende y alza los hombros, gesto que creo, que me ablanda el corazón. Como si fuese una persona totalmente indefensa.
—¿Eso te ha dicho?
—No exactamente, pero hasta Kaela dice que eres como un cactus y por lo que veo, con ella eres una persona completamente diferente que con el resto.
—Tienen sus motivos. —cruza los brazos en su pecho y intento no debiera la mirada a sus hombros tensos por el gesto, pero es imposible. Alzo de nuevo la mirada y suspiro para mis adentros. ¿Sam Walker que me estas haciendo? Ninguno de los dos vuelve a hablar.
—Me tengo que ir ya. Buenas noches, Sam. —asiente levemente y cuando estoy apunto de acelerar habla de nuevo.
—¿Te lo crees? —le miro y niego con la cabeza suavemente.
—No me gusta juzgar a las personas por lo que otros digan. Sam, seas como seas, está bien. —su cuerpo y su boca no me dicen nada, pero sus ojos me hacen saber que mis palabras han sido como una patada en el estómago. Aprieta el músculo de la mandíbula y me da la espalda.
Sam. Sam. Sam. ¿Que voy a hacer contigo?
Nada mas llegar a casa y tirarme sobre la cama lo que hago es marcar el teléfono de Charlotte. Ella es mi mejor amiga en Australia y no soy verdaderamente consciente de lo que la echo de menos.
—Hola Boo.
—Hola rubia. —sonrío al escuchar su voz y suelto el aire que, no se porque, estaba conteniendo.
—¿Que tal estas?
—Bien. ¿Que tal tu nueva vida? —intenta reírse pero no le sale.
—Boo.
—Dime.
—¿Que pasa?
—Tina, no tengo ganas de hablar de eso ahora.
—¿Has vuelto ha hablar con Ethan, no?—suelta un bufido y tras unos minutos en silencio, habla de nuevo.
—Dice que no.
Es poco si digo que llevo tres años escuchando el mismo conflicto entre Charlotte y Ethan. Siempre hemos sido un grupo de tres que ha funcionado. Ethan y yo nos conocimos cuando éramos muy pequeños, pero en cuanto Charlotte se mudó a nuestra urbanización nos hicimos inseperabales y creo que, desde el primer momento en el que Charlotte vio a Ethan, se enamoró de el. El, en cambio, se enamoró de ella mucho años después, pero lo hizo y, aunque daría su alma por ella, no da el paso de oficializar nada, aunque para el resto del mundo no hace falta que lo hagan, todos sabemos que son pareja menos ellos.
—Charlotte, deja de esperarlo. Se que es difícil, pero te estas hundiendo cada vez un poco mas y aunque ame a Ethan con toda mi alma, no vale la pena hundirse por alguien.
—¿Pero porque le cuesta tanto? Me quiere, lo sé, pero no se de que manera lo hace. ¿Que mas cosas puedo hacer para que se sienta seguro estando conmigo?
—Se siente seguro estando contigo, sabes que no se trata de eso.
—Miedo. Siento que esa palabra ya se ha desgastado. —su voz se quiebra y cojo aire lentamente.
Tiene razón, siempre hemos hablado del miedo de Ethan, del pánico que le tiene a la relación. Siente miedo, vértigo, al pensar que no va a hacerlo bien. Que realmente Charlotte se equivoca y que se merece mucho mas de lo que el pueda llegar a darle, y eso que da su vida por ella.
—El amor no duele y a vosotros os está matando.
—Valentina. —y se lo que viene ahora, es como si fuese una escena que me se de memoria. —Habla con el.
—No voy a hacerlo.
—Una ultima vez, por favor.
—Charlotte hace un mes y dos y tres también fue la ultima y mira donde estamos.
—Quiero estar con el.
—Y el contigo, pero no podéis, al menos no ahora.
—Eres a la persona a la que mas quiere, habla con el, por favor. —sabe de sobra que está tocando una tecla que no me gusta. Ethan me ha tratado siempre como mejor amiga suya que soy y me quiere como nunca he visto a nadie quererme, por ello, no me gusta que Charlotte juegue con eso. Cada vez que yo me meto en esta situación la que sale mal parada, ademas de ellos, soy yo.
—Lo he hecho mil veces, Charlotte. Siempre acaba enfadado conmigo y, ya no es eso, es que no puedo seguir presionándole.
—Por favor. —cojo una bocanada de aire y me paso una mano por la cara.
—No se puede esperar a alguien que posiblemente nunca llegue.
—Solo tiene miedo.
—Si, miedo.
Y viene de nuevo a mi cabeza sus dedos tocando mi piel. Sus ojos fijos en los mios. Sus brazos tensos. Su mirada seria. Sam Walker solo tiene miedo.
ESTÁS LEYENDO
Ya no nos queda tiempo
RomanceValentina no tiene miedo de empezar su vida de cero. Hace pocos años que dejó el miedo a un lado y decidió quererse ante todas y cada una de las situaciones. Lo que no tenia planeado era conocer a Sam Walker en el viaje de camino a Los Ángeles. Sam...