VALENTINA
Estar con Kaela es como estar en ese lugar en el que estarías siempre y jamás te cansarías. Kaela es ese lugar al que vas a acudir siempre, pase lo que pase. Es ese rayo de sol en el que te paras en los días de frio. Kaela es todo aquello que la gente desearía tener en su vida. Es aquella persona que sonríe aun estando echa pedazos por dentro. Kaela es todo lo que alguien necesita para ser feliz.
Llevamos quince minutos riéndonos de algo que ya no me acuerdo de que era, pero por algún motivo nos ha hecho tanta gracia que las lagrimas caen por nuestras mejillas. Me duele la tripa y también la boca, pero la risa de Kaela es un aliciente para no dejar de reír. Las dos intentamos relajarnos, pero no es hasta que ella se va de la habitación que, al menos yo, logro tranquilizarme. Respiro poco a poco tumbada en la alfombra de su cuarto y alargo el brazo cuando mi teléfono suena.
—Anda si estas viva.
—Me vas a tener que seguir aguantando como... —me callo enseguida y escucho su risa tras la pantalla. Hay veces en las que me pregunto a mi misma si no era mejor callarme.
—¿Como que, Valentina?
—Como amiga.
—¿Amiga?
—Ajam.
—¿Los amigos follan?
—Si quieres te pongo en manos libres y dejo que se lo preguntes también a Kaela. —la veo entrar por la puerta en ese mismo momento y frunce el ceño enseguida.
—No, gracias por la amabilidad. —la morena se tira sobre mi y me arranca el móvil de la mano.
—¿Me estas ocultando cosas, Sam Walker? —no se si me da mas miedo que sepa que se trata de Sam sin ni siquiera escucharlo o la respuesta de Sam. No escucho que le dice, pero los dos hablan y Kaela se relaja sobre mi cuerpo. —Tu novia hoy se queda conmigo. —abro los ojos de par en par y niego con la cabeza mientras Kaela me tiende el móvil y sale corriendo de la habitación como si no acabase de pronunciar lo que ni el ni yo estamos preparados para decir.
—No me vas a robar nada, Harrison. —la voz de Sam suena divertida, pero firme tras el teléfono y una parte de mi se alegra de su reacción.
—Tengo yo el teléfono, ha salido corriendo.
—Miedica. —lo dice como si Kaela todavía pudiese escucharle.
—Lo que ha dicho...
—Tengo ganas de verte, ¿vienes a mi casa? —siento que me quita un peso de encima al cambiar de tema, porque la incomodidad estaba haciendo acto de presencia en mi tono de voz.
—Me lo pienso. —le mando un beso y aunque no me ve, sonrío, sonrío pensando que el también lo hace detrás de la pantalla. Sonrío pensando que ahora mas gente podrá ver esa sonrisa que le ilumina la cara.
Hace dos semanas que vimos juntos el amanecer. Desde entonces nos hemos ido viendo a ratos y aunque para los demás nos pasamos la mayor parte del día juntos, para mi no es suficiente. Los ratos que pasamos juntos son como una tirita al corazón, porque Sam, aunque crea que no, cura. Me cura a mi que pensaba que estaba curada del todo. Mi sonrisa no desaparece cuando estoy con el, tampoco lo hace el brillo de mis ojos y mucho menos el cumulo de sentimientos que da vueltas en mi estómago. Me alegra ver que se está esforzando en salir de aquella oscuridad y me alegra que su alrededor se esté dando cuenta de ello.
Kaela se sienta en la alfombra y la imito.
—Está mas contento desde que estas tu aquí. —me mira a los ojos con una sonrisa y me envuelve entre sus brazos. Sonrío en su hombro y hablo.
![](https://img.wattpad.com/cover/319002250-288-k714771.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Ya no nos queda tiempo
RomanceValentina no tiene miedo de empezar su vida de cero. Hace pocos años que dejó el miedo a un lado y decidió quererse ante todas y cada una de las situaciones. Lo que no tenia planeado era conocer a Sam Walker en el viaje de camino a Los Ángeles. Sam...