*CARTOCE*

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Necesitaba olvidar de mi cabeza el beso entre Liam y yo, pero se me hacia difícil. Es difícil borrar de tu mente algo que llevas esperando por mucho tiempo

No voy a negar que extrañaba los besos de Liam; sus labios y la manera en la que el me hace sentir segura. Pero, por un momento me puse a pensar en si lo que estábamos haciendo esta bien.

EL SE VA A CASAR

No esta bien lastimar a otros para alcanzar nuestra felicidad, una felicidad que hace tiempo se perdió en  el camino a bases de mentiras y engaños.

Tal vez Eva no sea mi mejor amiga pero es un ser humano y merece respeto.

- Llegamos Señorita - la voz del taxista me saco de mis pensamientos,me había dejado en el garaje de práctica del grupo de Andrew.

Le pague al taxista y me dispuse a bajarme del auto y  pude escuchar una música con un ritmo increíble.

¡A lo mejor estan ensayando!

Les soy sincera nunca me gusto los grupos de baile, pero no se que tiene este grupo que trasmite una seguridad entre ellos que me gusta verlos bailar.

Al entrar en el garaje, el primero que me vio fue Thomas. Me sonrió y yo le devolví la sonrisa, era una sonrisa tierna sin nada que ocultar.

- Hola Danna - dijo Andrew - ¿Todo bien?.

-Hola Andrew - conteste dándole un beso en la mejilla - Si, todo bien.

Al parecer Andrew no quedó convencido con mi respuesta.

- Dicelo a tu cara, tienes una cara como si fueras a un funeral - Se río Andrew - Ven, vamos a que se te quiten las preocupaciones y te relajes.

Me agarro por la muñeca y me adentro al garaje, habían varios grupos de personas, hablando de pasos de bailes, canciones, tomando cerveza ect.

- ¡Hey Andrew! ¿Donde te habias metido? - dijo un muchacho algo con una cerveza en la mano - ¿ Quien es esta hermosura?

Pude ver una sonrisa en la cara de Andrew mientras nos acercamos al grupo.

- Ten cuidado Romero - contento Andrew - Ella se llama Danna y es mi hermana, así que ten mas cuidado.

La cara del muchacho al escuchar las palabras de Andrew, fue de sorpresa tanto que dio risa a los demás integrantes del grupo.

-¿Hermana? - pregunte - Me fui una semana de viaje y al regresar tienes una hermana....

- Ya deja de balbucear - fue interrumpido por una voz que venía de mis espaldas, al voltearme pude ver a un Thomas con una sonrisa en su rostro - ¿O ahora te molesta que Andrew tenga una hermana?

El muchacho se río, que sin pensarlo hizo que a mi se me escapara una risa.

- No me molesta, me extraña como una persona tan fea  como Andrew tenga una hermana tan bonita - dijo el muchacho, que hasta los momentos no sabía su nombre - Pero que modales el mío, me llamó Mario y soy de Venezuela - exclamó extendiendo su mano.

- Danna, mucho gusto -  respondí dándole la mano en forma de saludo - ¿ Eres Venezolano? Me han dicho que tiene unos paisajes muy bonitos ese pais.

- ¿Bonito? - se río Mario - Venezuela tiene todo hermoso, mujeres, comida, paisajes.

No había tenido la dicha de ir a Venezuela, pero creo que sería uno de los países que anotaria en mi agenda para ir a conocer.

-  ¿ Quieres una cerveza Danna? - la voz de Thomas me saco de mis pensamientos - Vamos, te invito una y una charla ¿Te parece?.

Asenti y lo seguí, fuimos a buscar unas cervezas en la nevera y luego nos fuimos a la un pequeño balcón, que daba vista a todo Seattle.

- Hermosa vista - exclame.

- Si, es una hermosa vista - dijo Thomas, dándole un sorbo a su cerveza - ¿Y eso que viniste hoy por aquí? Pensé que tenías una empresa que manejar y no tenías tiempos libres para disfrutar.

Su comentario me dio mucha risa ¿Una empresa?.

- No tengo una empresa, básicamente es de mis padres y de sus socios. Yo solo los ayudo - respondí tomándome un trago de cerveza, estaba fría y era deliciosa - Si tengo ratos libres y además creo que hoy necesitaba librarme de tanta preocupaciones.

- ¿Preocupaciones? - exclamó Thomas - ¿Que preocupaciones tiene una chica que vive en una Mansión, trabaja en una empresa y gana por minuto lo mismo que yo gano al mes?

- El siempre hecho de que mi familia sea una personas con dinero no significa que no tenga preocupaciones-  dije con la vista fija a la ciudad de Seattle.

Al parece a Thomas le llamo la atención el tema que se coloco en la misma posición  que yo, viendo hacia la ciudad.

- ¿Cuales son tus preocupaciones Danna?.

Le di un sorbo a mi cerveza, ya iba por la mitad.

- Es un constante no se que hacer con mi vida - dije- Antes de regresar a Seattle tenia claro todo. Pero ahora solo veo neblina.

Asistió Thomas, tal vez a él le había pasado algo similar; la verdad no le quería contar mucho. No quiero que piense que soy Doña preocupaciones que se desahoga en una fiesta.

- ¿Y que tu quieres hacer? - Pregunto Thomas.

Debo de admitir que esa pregunta me agarro fuera de base; no sabia que responder. Por un lado quería regresar a España y seguir con mi vida normal pero por el otro quería estar en Seattle para saber más de mi pasado. Ayudar a las personas que están aquí.

- Te soy sincera, huir - exclame sin pensarlo dos veces- Irme lejos, de todo los problemas del pasado.

- ¡Sabes!, nunca huimos del pasado - dijo Thomas, dándole otro sorbo a su cerveza, la verdad no se cuando le faltaba para que se acabará su cerveza - Cuando dejamos algo sin resolver, ya sea, porque nos de miedo o estemos lastimados. Eso siempre vuelve a nosotros. Tenemos que sanar aquello que está roto para poder continuar con nuestro trayecto.

- ¿Y si es que te lastimo fueron personas? A bases de mentiras y de engaños - exclame - ¿Serias capaz de perdonar todo y seguir como si nada?.

Pude ver la postura de Thomas como cambiaba al decirle eso, en su cara pude notar una tranquilidad.

- Mi padre me enseñó algo cuando yo era pequeño - continuo Thomas, sin despegar la vista de la ciudad de Seattle- Cuando una persona realmente te quiere no te lastima, te protege de lo malo que te pueda perjudicar, o lo que la persona cree que te pueda perjudicar, pero uno no lo ve así.  Te aconsejo que sueltes el pasado, deja ir todo ese sentimiento, al final la que vas a terminar sufriendo eres tu, que cargas ese peso en ti. - exclamó Thomas dándole un último sorbo a su cerveza y dejando la botella en el piso - Suelta y serás más feliz y sin preocupaciones.

Eso fue lo último que supe de Thomas por esa noche, me quedé un rato en el balcón pensando en todo lo que ha pasado y como lo he enfrentado. Admito que no lo he enfrentado de una forma muy madura. Pero que esperaban ¡ Tenía 17 años cuando me enteré que era adoptada! Lo único fur irme lejos en ese momento.

Pero creo que ya no debería de ser un pensamiento, tengo que aclarar mis ideas, ayudar a las personas que me quieren pero sobre todo ayudarme a mi misma.

UN NUEVO COMIENZO ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora