*DIECISIETE*

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Estaba cansada y no quería hablar por los momentos con mi madre. Más tarde hablaria con ella para saber como le había ido en el viaje. Me fui a mi habitación, quería descansar un poco.

Pero al parecer el destino estaba en mi contra, el toque en la puerta me impidió que descansará.

- ¿Puedo entrar? - Era mi madre abriendo la puerta de mi habitación.

Asentí con la cabeza y una pequeña sonrisa.

- Tenemos tiempo sin hablar - Exclamó acercándose a mi cama donde yo me encontraba sentada en poción de indio - ¿ Como te ha ido en estos días?

- Bien - Murmuré.

Pude ver como mi madre tomaba un respiro profundo y se quedaba viendo fijamente la ventana que daba vista a la piscina de la casa. ¿ Que estará pensando?

- Hija, se que nuestra conversaciónesde madre e hija ya no pueden ser la misma - Dijo mirándome a los ojos - Pero te he extrañado en todo este tiempo.

No quise decir nada y es que aunque quisiera decir algo, no tenía ni idea de que decir.

- Por eso tome la decisión de contarte la verdad; la verdad de tu pasado - exclamo - Tu padre y yo no podíamos tener hijos, lo intentamos varias veces pero sin resultado positivo. Y tomamos la decisión de adoptar a un bebé.

Un día apareció en las noticias, la muerte de tu madre y el causante de la muerte tu padre biológico. En las noticias explicaron que habian dos menos de edad y que los iban a mandar a orfanatos pero no dijeron la dirección.

Ya tomada la decisión de adoptar a un bebé, nos dirigimos al todos los orfanatos pero no conectaba con ninguno de aquellos bebés que conocía; hasta que llegamos al orfanatos donde estabas tu y desde el primer momento que te vi tan pequeñita, supe que te iba a amar con todo mi alma y me prometí que siempre iba a ser tu madre.

Hicimos el papeleo adecuado para poder adoptarte. Y todo salio bien. Tu padre, abuela y yo tomamos la decisión de decirte la verdad cuando tuvieras más grande y así lo fuimos alargando hasta que te entereraste de la peor manera.

¡Después de todo este tiempo, ya se la verdad de mi pasado! pero no me hace sentir contenta, estoy triste.

Triste porque todo este tiempo me la pase juzgando a mis padres sin conocer sus motivos, me aleje de ellos pensado en mi felicidad pero no pensé en la suya.

- Siempre soñé con decirte la verdad - Lágrimas salían de los ojos de mí mamá - Pero me excusaba que tu no estabas lista para saberlo; cuando en realidad eramos nosotros lo que no estábamos listos para contártelo.

Sentí como lágrimas salían de mis ojos; todo esta muy difícil de asimilar. Guardar un secreto para no lastimar a la persona, pero ya la están lastimando al ocultarle la verdad.

- Discúlpame hija.

- No tengo nada que disculparte - Exclamé secandome las lágrimas de mi cara - Hiciste lo que creíste correcto.

Mi madre se calmo un poco, las lágrimas pararon y de un momento a otro nuestro tema de conversación era lo que había pasado en estos día que ellos estaban de viaje.

No les voy a mentir, extraña tener estas charlas con mi mamá. Se siente una maravilla compartir cosas con tu madre, hablar con ella de cualquier cosa y sin ninguna pena; porque sabes que ella no te va a juzgar.

- Bueno, te dejo para que termines tus cosas - Murmuró mi madre levantandose de la cama - Voy a salir a hacer unas compras con Marta, te voy a comprar esa torta de chocolate que tanto te gusta.

- Gracias mamá por contarme toda la verdad - exclamé - ¿Y mi papá vino contigo?

Pude ver como una pequeña sonrisa se le dibujaba en el rostro.

- Siempre voy a estar aquí - Exclamó- Tu padre vendrá en estos días, el se quedo solucionando unos asuntos.

Y dicho eso, mi madre salió de mi habitación cerrando la puerta.

Todo lo que mi madre me había contado me había caído como agua fría en el cuerpo; si era cierto que quería saber la verdad, pero no me esperaba que creará ese impacto en mi.

Es irónico ¿no?

Guardar una verdad para no lastimar a las otras personas, pero con el simple hecho de ocultarlo ya le estamos haciendo baño a la persona.

La historia que me contó mi madre, me hizo reflexionar mucho y a darme cuenta lo cruel que fui en estos cinco años, pensando solo en mi dolor, en mis tristezas y se me olvido pensar en todo lo que los demás estaban sufriendo. Pero creo que ya es hora de dejar el sufrimiento atrás, el pasado y velar y cuidar el futuro.

Pero algo quedaba pendiente en mi lista personal para poder dejar el pasado atras, y era visitar a mi padre en prisión. Era un paso muy grande y la verdad no estaba segura de poder darlo.

***************

El sonido del telefono, hizo que diera un salto de la cama. ¡Me había dormido! Y no sabía en qué momento había ocurrido. Al parecer había dormido bastante, ya que antes de acostarme todavía los rayos del sol se asomaban por la ventana de mi habitación ahora todo estaba oscuro.

El ruido del teléfono era una notificación de mensaje, era la secretaria de la empresa explicando que el día de mañana no iba a poder asistir por motivos personales.

Salí de la cama y encendí las luces de la habitación y tomé la decisión de darme un baño para luego bajar a la cocina y preparar algo de comer. ¡Tengo mucha hambre!

Al bajar a la sala pude notar que no había nadie en la casa. ¡Que raro! Bueno, tal vez tuvieron que salir a una de esas reuniones de último minuto. El caso aquí importante es que fui a la cocina y me preparé unas tostadas con tocineta y un jugo de naranja.

No lo había ni probado un mordisco de mi rica comida y la tenia agua la boca.

Al sentarme y darle el primer mordisco a mis tostadas, el timbre de la puerta hizo sonido por toda la casa.

- ¿Es enserió? - Murmuré para mi sola - La gente como que sabe cuando estoy ocupada.

Agarré mis tostadas y fui con dirección a la puerta de la casa; para ver quien era la persona que interrumpía mi placer de comer. Le di un mordisco a mi tostada mientras abría la puerta.

Casí me ahogó con el pedazo de tostada que me había comido, al darme cuenta de la persona que estaba parada en la puerta de mi casa.

¡Esto realmente tenía que ser una broma!

- ¿Liam?

¿ Que hacia Liam en la puerta de mi casa?

UN NUEVO COMIENZO ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora