𝐓𝐨𝐦𝐨𝐝𝐚𝐜𝐡𝐢 - 𝐊𝐢𝐦 𝐒𝐮𝐧𝐨𝐨 & 𝐓𝐧

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Sunoo salió a caminar por el pasillo más temprano de lo habitual.

Tuvo que limpiar todo y además, pagar todas las cosas que el no rompió...

— Buenos días. — contestó Tn dando un corto beso en los labios de Sunoo. — ¿Que te pasó?

Sunoo no se había dado cuenta que a causa de su leucemia, cualquier golpe "absurdo" demostraría marcas el doble de notables...

Cómo la marca de su mejilla debido al golpe de Marcos.

— ¿Que paso? ¿Te duele mucho? — preguntó Tn mirando la marca preocupada.

— Salí de bañarme y me caí.

— Sunoo, eso no se ve como una simple caída. — contestó Tn.

— Enserio estoy bien. Me siento cansado, eso es todo.

— ¿Dormiste?

— Si

— ¿Sientes algo más aparte de cansancio?

Bueno, que decirle.

Sunoo estaba lleno de frustración pero no lo demostraba.
Sus piernas dolían tanto que debía hacer esfuerzo hasta para caminar, estaba cansado de sudar por las noches, de lavar su rostro por la mañana y luego ver su nariz repleta de sangre, de la falta inmensa de apetito y ahora, el poco habla por la fatiga.

— No, solo eso... — Murmuró Sunoo.

De repente, Sunoo dejó de caminar y se sentó en la banca agachando la cabeza.

— No te ves bien, Sunoo. — contestó Tn preocupada.

Sunoo no respondió absolutamente nada ignorando a lo que decía Tn.

Sunoo siempre estaba sonriendo apesar de pasarla mal, siempre intentaba hacer reír a Tn.

Ahora ella intentaría sacarle una sonrisa a Sunoo.

— ¿Quieres ir a pasear? — Preguntó Tn.

— ¿Pasear? Eh.. si quieres...

— Podemos ir con Lino.

Tn había propuesto la idea de caminar, algo estúpido ya que Sunoo se siente cansado...

— ¿Quieres ir a dormir? — preguntó Tn.

— ¿Te molestaría si lo hago? — preguntó Sunoo.

— Claro que no.

Sunoo se levantó y Tn lo siguió hacia su habitación, lino corrió hacia sus dueños mientras movía la cola con emoción por lo que Tn tomó al pequeño y lo acostó junto a Sunoo.

— Vendré por la noche, te traeré tu comida. ¿Si? — comentó Tn acercándose a Sunoo.

— Te quiero. — Murmuró Sunoo.

— yo también... — sonríe.

Tn besó los labios de Sunoo por cortos segundos, acomodó su cabello y luego acarició a Lino para dejar la habitación.

Una vez fuera de la habitación, apoyó su espalda en la pared del pasillo y soltó un suspiro dejando de sonreír.

Las cosas no iban bien...

Sunoo ya debería haber podido empezar la actividad física pero no.

¿Cómo comenzaría la actividad física si tiene el sentimiento de sentirse excesivamente cansado?

Tn se alejó de la habitación y caminó hacia el tercer piso del hospital para llegar a una de las últimas puertas donde se permitían entrar a la azotea.

Introdujo la llave hasta que la puerta se abrió por si sola dejando ver a Marcos que estaba apoyado en la baranda mientras fumaba.

Tn soltó nuevamente un suspiro y caminó hacia donde estaba.

— ¿Me das? — Murmuró Tn extendiendo su mano.

— Tú no fumas.

— Lo necesito. — respondió Tn.

Marcos sacó un cigarrillo y le dió uno a Tn para luego buscar su encendedor.

Pequeñas gotas comenzaron a caer en ellos y a su alrededor junto con pequeños relampagos ante la tormenta que se avecinaba.

Marcos no se esforzó en intentar prender el cigarrillo húmedo de Tn y solo bajó su mano manteniendo su mirada en el rostro de Tn.

— ¿Estás llorando? — preguntó Marcos.

Tn dejó caer el cigarrillo de su mano al suelo y desvió la mirada hacia la ciudad apesar de estar mojandose.

— está mejorando, ¿Verdad?

— Tn...

— Dijiste que Sunoo mejoraría... Siempre curaste varias leucemias, haces tu trabajo bien... ¿Porque el debe empeorar?

Tn cerró sus ojos dejando escapar más lágrimas.

Marcos apretó sus puños al pensar todo el daño que estaba causando Sunoo a Tn por lo que tomó la mano de Tn y envolvió el cuerpo completo de Tn en un fuerte y consolante abrazo.

Marcos pensó profundamente en si era el momento correcto de decirle absolutamente toda la verdad.

— Tn, ¿Puedo decirte algo? — preguntó Marcos aún en el abrazo.

Tn levantó su cabeza mostrando la tristeza y desesperanza en el reflejo de sus lindos ojos.

Sin embargo, Marcos no tuvo el coraje de decirle la cruda verdad.

— Haré todo lo que pueda. — contestó Marcos dando una pequeña sonrisa.