Los períodos buenos y tranquilos en la casa Lee no duraban demasiado. Por ello, tras dos semanas de calma, Jeno no se sorprendió de llegar a su casa cerca de las ocho de la mañana y ver a Taemin corriendo escaleras abajo con una expresión de enojo en su rostro mientras cortaba una llamada telefónica. Ni siquiera estaba del todo vestido, llevaba solo unos jeans puestos. No había forma en la que eso pudiera representar algo bueno.
El mayor de los hermanos corrió directamente al gran comedor y, sabiendo que debía de tratarse de algo importante, le siguió en silencio. Apenas entró a la estancia vio los rostros serios de casi toda su familia, quienes parecían estar anticipando también las malas noticias con rostros serios. Prefirió quedarse recargado contra el marco de la puerta, no deseando tomar asiento en la mesa.
— Muy bien, esto es un desastre. El poco ético médico Kim fue a levantar un aviso con la familia Bae. Tal parece que creyó pertinente informar sobre el evidente estado delicado de la menor de sus hijos y decir algunas mentiras sobre que cierto lobo también parece estar presionando con todo el asunto del embarazo. — Taemin estaba visualmente frustrado, revolviendo su cabello largo con los dedos. — Uno de mis informantes me ha dicho que el Consejo planea darle su apoyo total a esa familia ante cualquier idea estúpida que se les ocurra sólo para jodernos.
— ¿Qué significa esto para nosotros? — Taeyong preguntó, nervioso mientras golpeaba sus dedos sobre la mesa y observaba de reojo a Su Ji sentada frente a él.—
— Su Ji no puede salir de la casa sola, nunca. Al menos hasta que el embarazo termine. — Taemin tomó la copa de sangre que su melliza estaba ofreciéndole, bebiendo de un solo trago todo el contenido y lamiendo lentamente los restos que quedaron en sus labios. — Tal parece que ellos van a estar esperando la oportunidad para llevársela y encerrarla. Seguro que tienen un puñado de doctores que van a declararla mentalmente incapaz de hacerse cargo de si misma. Y siendo que no tiene ningún verdadero lazo con nosotros, tendrán el derecho de hacerse cargo de ella como lo crean mejor.
— ¿No es eso ilegal en todos los aspectos posibles? — Haechan levantó una de sus cejas.—
— No mientras que tu padre sea el mejor amigo del líder del Consejo, supongo. — Su Ji habló en un tono bajo, limpiando sus labios para después levantarse con cuidado. — Iré a mi habitación, me encuentro algo mareada.
Sintió algo de pena por la mujer. Su estado había mejorado después de que empezara a beber la sangre de los miembros de la familia. Se notaba un poco más fuerte y con mayor energía, pero sin dudas cualquier rastro de positivismo en ella se había ido por el desagüe al oír lo que su propia familia estaba planeando hacer. Quizás ellos no tenían los mejores padres del mundo, pero al menos no estaban tratando de etiquetarlos como incapaces de ser autosuficientes.
Tenía entendido que su relación con su familia era mala y la única persona con la que hablaba era uno de sus hermanos mayores. Le había visto en un par de ocasiones de visita, aunque no solía entrar. Permanecían en el jardín o en el patio trasero y sólo iba cuando Taeyong no estaba en la casa. Era evidente que el hombre no se encontraba de acuerdo, pero aún así apoyaba a su hermanita y se preocupaba por ella. Había estado allí hace tan sólo dos días para llevarla a una consulta en una clínica humana en la ciudad. No estaban muy convencidos que eso pudiera ser de ayuda, sin embargo no querían seguir escuchando opiniones de médicos vampiros prejuiciosos.
La observó irse en silencio y mantuvo sus ojos en ella hasta que se perdió de su vista por las escaleras. Taemin, por su parte, seguía quejándose y dando indicaciones de lo que deberían de hacer en cualquier inconveniente. Parecía estar enloqueciendo mientras pensaba en alguna estrategia que seguir o algún hueco legal del que pudieran colgarse. No lo veía como una tarea sencilla.
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Bloody Tears
Fanfiction¿Qué era lo que hacía que la vida tuviera sentido o valiera la pena? Jaemin no lo sabía. Si alguna vez creyó saberlo, en su actualidad de sentía tan iluso. Nada tenía verdadero sentido. Sólo sabía de su dolor y odio. Lo único en lo cual podía conce...