Capítulo 8

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Advertencia: El capítulo tiene contenido que puede resultar sensible para algunos. Cada quien lee bajo su propia responsabilidad ASÍ LUEGO NO ME FUNAN PORQUE NO LES ADVERTÍ.

Gracias por todo, les quiero <3

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Jeno sentía que se estaba asfixiando, el aire faltándole en sus pulmones mientas luchaba por poder respirar. Eso tenía que ser una maldita broma de la vida. El universo, Dios, el diablo o lo que fuera que rigiera sus vidas no podía ser tan cruel. No podían estarle haciendo pasar por todo eso por mero capricho. Tenía que ser una mentira.

Debió de sentarse en el suelo, el frío que se colaba por la tela de sus pantalones erizándole la piel. Quería llorar, gritar y más que nunca arrancar con sus propias manos cada órgano en el cuerpo de Ren Jun como una venganza por todo lo que hizo. Pero, incluso así, puede que no se sintiera satisfecho. No creía que toda una vida de dolor y sufrimiento compensaran el inmenso daño que este hizo.

Quería irse del sitio y no volver a entrar. Odiaba estar allí. Siempre le causaba náuseas y escuchaba los gritos de las personas que murieron entre esas paredes. Pero necesitaba oírlo, tenía que estar presente. Habían demasiadas respuestas que ansiaba y su mente no iba a estar en paz si no las tenía.

— Con lo que nos has dicho ¿Debemos asumir que abandonaste a Sitio? — Xiao asintió ante las palabras del mayor de los hermanos Lee. — ¿Por qué abandonarías a los tuyos? ¿Por qué tres de los ustedes lo harían?

Xiao pareció dubitativo, sus ojos moviéndose de un lado a otro. Lucía nervioso, aún muy afectado por toda la situación y las emociones que habían salido a flote con los recuerdos de su hermano. Finalmente tomó algo de aire, bajando su cabeza para no verle directamente a nadie.

— Nunca sentí culpa alguna de lo que hacía. Maté a cientos de lobos en mis años de trabajo para Sirio. Fui entrenado junto a Kun desde que tenía dos o tres años y me convertí en el cazador más talentoso de mi generación. Mis padres estaban tan orgullosos... yo también. Feliz de acabar con la plaga que mis maestros me enseñaron. No tenía ningún otro objetivo en la vida. — Xiao hablaba con lentitud y pesar, encogiéndose en su sitio. — Hace casi siete años Kun, Hendery, Ren Jun y yo participamos de una especie de intercambio. Fuimos hasta Norte América. Cerca de la frontera entre Estados Unidos y Canadá. Una manada en crecimiento estaba poniendo en riesgo la vida de los habitantes de un pueblo. Eran demasiados lobos e invadían el territorio humano. Con las coordenadas de su localización aseguradas, el equipo y nuestro aroma disfrazado, un grupo de doce cazadores nos metimos dentro de los bosques...

7 años atrás...

—El sol va a ocultarse en dos horas y estaremos en desventaja si tenemos que encontrar a los lobos de noche. — Kun mascullaba con frustración, acomodando la mochila sobre su hombro mientras encendía uno de sus cigarrillos mentolados. — ¿Trajeron los lentes de visión nocturna

Dos de los tres restantes dijeron que sí. Dejun se volteó a ver a su hermano, regañándole sin siquiera tener que abrir su boca por tal torpeza. Hendery sonrió levemente, encogiéndose de hombros mientras se acomodaba la gorra sobre el cortísimo cabello negro.

— En mi defensa, salimos a las 5 AM. Creí que, a esta altura, ya los habríamos encontrado y estaríamos descansando. Por cierto ¿Tienes algo de comer? Estoy muriéndome de hambre.

— Se supone que tú debes de ser quien se encargue de planear esas cosas para ti y Ren Jun. — Rodó sus ojos para luego quitarle el cigarrillo a Kun y darle una calada por su cuenta. — Aún no sé porque decidieron que fueras tú el cerebro entre ambos. Eres torpe como un burro.

Bloody TearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora