El rostro de Dejun permaneció imperturbable mientras observaba el segundo cuerpo caer boca abajo en el sucio suelo. El hilo de sangre deslizándose por fuera de los rosados y entreabiertos labios del lobo cuyos ojos yacían abiertos mirando al vacío ¿Cuántas veces había estado parado frente a escenarios así antes? Ya había perdido la cuenta.
— Es casi poético que le hayas dado en el corazón. Durante un tiempo temí que realmente te hubieras encariñado con el lobo.— La voz de Ren Jun se escuchaba risueña detrás de él. Casi tan emocionado como un niño en un parque de atracciones. — ¿O sí lo hiciste? — La burla tintaba sus palabras. — ¿Por eso trataste de que se fuera? Sabías lo que iba a pasar. No me digas que intentaste protegerlo.
— Solo mantuve el acto hasta el final. — Masculló entre dientes. — Se supone que era la pareja de este niño ¿No habría sido más sospechoso pedirle que se quedara? Ponerlo a salvo es la decisión que cualquier persona tomaría por alguien a quien quiere. — Suspiró suavemente, sus hombros cayendo un poco. — No hubiera sobrevivido de todos modos. Afuera o adentro, el chico moriría está noche. Minghao y Jun estaban tras de él. Se los prometí, yo solo debía de asegurarme de que viniera aquí hoy.
Dejun cerró sus ojos para no seguir viendo al lobo desplomado en el suelo a solo unos metros e inspiró con profundidad. Las cadenas sonaban con un tintineo a sus espaldas. Ren Jun parecía querer estarse acercando a los cuerpos para verlos con una mayor cercanía. La satisfacción de su risa sonaba como salida de una película de terror.
— ¿Fueron balas de expansión? Solo esas causan un efecto tan veloz. — El gozo en su hablar habría horrorizado a cualquier persona decente.— Una vez que entra en el cuerpo, la bala se rompe y libera el polvo de plata mezclado con veneno.
— El veneno los paraliza, volviéndolos incapaces de luchar. La plata los mata haciendo que toda su sangre arda en sus venas. Se cree que la sensación es como si estuvieran incendiándose desde dentro. Y aunque sirven para lobos, son mas usadas para matar vampiros.— Repitió de memoria como una de las tantas lecciones macabras que le enseñaron de niño y que el mismo había instruido en otros durante su breve tiempo en la docencia. — Increíblemente difíciles de hacer para que funcionen bien, lo que las hace valer una pequeña fortuna a cada una. — Guardó el arma en la parte trasera de su pantalón antes de girarse hacia Ren Jun. — Fortuna que debí gastar para rescatar el culo idiota de un incompetente que se dejó atrapar. — Se acercó a él con paso furioso, sujetándolo por el borde de la raída camiseta antes de golpearlo con fuerza usando su puño y causando que su labio se partiera. La sangre deslizándose por su rostro y bajando por su barbilla.— ¡¿Recuerdas la puta regla que nos enseñan a los doce?! ¡Antes muerto que un rehén! ¡Debiste haberte volado tus malditos sesos inútiles antes de permitir que te trajeran aquí!
Le empujó con fuerza al suelo, importándole poco y nada si le lastimaba o no con su pobre condición física. El sonido de los aullidos de los lobos aún resonaba en las lejanías. Frotó su rostro tratando de calmarse y no perder los estribos. Respiró profundamente antes de caminar hasta Johnny para poder quitarle las llaves de las cadenas y las de un vehículo.
— Con todos mis años de servicio y mi historial es una jodida deshonra que me hayan hecho venir a rescatar tu culo. — Jaló las cadenas con fuerza para poder encontrar el grillete en sus muñecas y así abrirlo. —
— ¿Hirió tu ego que hicieran una misión de rescate para salvarme? ¿Cuántos hay allí afuera para asegurarse de que pudieran sacarme a salvo? — Los dientes ensangrentados por el golpe recibido se mostraron tras que sus labios formaran una engreída sonrisa.—
Dejun no perdió tiempo, empujándole contra una de las paredes tan fuerte que el esquelético cuerpo bien pudo haberse quebrado. Una navaja deslizándose en la mano del mayor de los dos a través de su abrigo y posándose directo en el cuello de Ren Jun a la vez que su dueño se cernía sobre él.
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Bloody Tears
Fanfiction¿Qué era lo que hacía que la vida tuviera sentido o valiera la pena? Jaemin no lo sabía. Si alguna vez creyó saberlo, en su actualidad de sentía tan iluso. Nada tenía verdadero sentido. Sólo sabía de su dolor y odio. Lo único en lo cual podía conce...