Era una tarde de un aburrido lunes mientras Jaemin estaba en la cocina de la casa Lee, acababa de beber una vaso entero de sangre que Jeno le dejó antes de irse hacia el gimnasio a descargar energía. Yang Yang a su lado hablaba sobre como el cazador ya estaba totalmente recuperado del hombro. O que al menos eso parecía.
No estaba prestándole mucha atención debido a que se enfocaba más en luchar contra las arcadas que aún le daban tras alimentarse. No era tan malo como antes y, si no estaba solo, no tenía alguna clase de ataque de pánico por el olor. Podría decirse que estaba mejor, pero recaer en cualquier momento siempre estaba presente. Era una amenaza latente.
La conversación fue interrumpida cuando unos tacones bajando las escaleras resonaron por toda la casa y se detuvieron en la sala. Aguardó unos segundos a saber lo que pasaría y, en cuanto escuchó la voz de Hyori llamando a todos los presentes en la casa a la sala, supo que no podía escapar de ello.
Aun así se dio la ventaja de esperar un poco hasta que los hijos de la mujer estuvieran reunidos para recién ir. En apenas unos minutos todos se encontraban en la sala con rostros poco agradables. Nadie quería estar presente.
Hyori y su esposo parados en el medio de la estancia. Taeyong y Ten, quien se escondía detrás de su pareja, se encontraban en lo alto de las escaleras. El lobo no estaba saliendo mucho de su cuarto desde hace unas semanas. No era sorpresa para nadie. No después de que le llevó más de dos días de sanar de los latigazos que la jefa del clan le dio al saber de su tontería.
Fue un día complicado porque tuvieron que encerrar a Taeyong a la fuerza en el sótano antes, quien golpeó la puerta hasta sangrar para tratar de evitar que alguien tocara al lobo. No tuvo mucho éxito y sólo pudo ir al lado de su pareja para curar sus heridas en medio de las lágrimas. Decir que casi mata a su madre era un eufemismo. Yuta obligándole a permanecer lejos tras órdenes de su jefe. En ese punto la relación entre los dos amigos estaba absolutamente rota.
La única razón por la cual esos dos seguían allí fue porque Taemin congeló todas sus cuentas. No tenían dinero para irse y, si intentaban hacerlo, sabían que tendrían a un par de personas regresándoles de inmediato. Tal parece que Jaemin no era el único en esa casa que sufrió de las desgracias de estar prácticamente encarcelado.
Jaehyun y Doyoung aparecieron desde la biblioteca. Haechan estaba ya en el sofá sentando a un lado de su hermana quien parecía agotada. Su Ji en otro de los sofás y Taemin parado cerca de la puerta que llevaba al patio. El último en llegar fue Jeno quien limpiaba sus manos contra la camiseta deportiva.
—¿Ahora que sucede? — Se animó a hablar el mayor de los hermanos.—
—Esto. — Hyori mostró un pequeño sobre en color borgoña entre sus largas uñas negras. — El evento anual del Consejo.
Una queja generalizada salió de la boca de casi todos los vampiros. No parecían muy felices. Jaemin observó con confusión a su amigo lobo, quien pareció igual de confundido que él.
—¿Qué es eso? — Se atrevió a preguntar el menor de los lobos. —
—Es un evento que lleva cientos de años existiendo. Casi como un baile de la época victoriana pero aún más aburrido. — Taemin chasqueó su lengua mientras se acercaba a su madre para quitarle el sobre. — Se supone que sirve para afianzar las relaciones entre las diferentes familias existentes y el Consejo. No es una obligación ir… pero digamos que tampoco puedes rechazarlo. — Este leyó las palabras escritas en el papel antes de sonreír. — Cada año es realizado en alguna de las propiedades de un miembro del Consejo… tal parece que este año le tocó a nuestro querido líder.
—Creo que entiendes el punto, Taemin. — Hyori dijo en una voz tranquila pero desagradable.— Considerando que ninguno de mis hijos menores parece comprender la palabra decencia básica y no arruinar la imagen de esta familia, confío en que tú y tu hermana puedan comportarse.
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Bloody Tears
Fanfiction¿Qué era lo que hacía que la vida tuviera sentido o valiera la pena? Jaemin no lo sabía. Si alguna vez creyó saberlo, en su actualidad de sentía tan iluso. Nada tenía verdadero sentido. Sólo sabía de su dolor y odio. Lo único en lo cual podía conce...