Yang Yang trató una y otra vez de volver a llamarlo pero no recibía respuesta alguna. Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas empapando el juvenil rostro. En medio de su desesperación, y sin saber qué hacer, corrió a tomar las llaves del auto. Escuchó un par de pasos viniendo detrás de él, no podía importarle menos. Su corazón estaba por salirse de su pecho.
Corrió por todo el garaje, tratando de abrir la puerta de una de las camionetas con las llaves pero ni siquiera podía apretar los botones correctos. Alguien se las quitó de las manos, causando que sus ojos cambiaran y le gruñeran a quien estuviera evitando que fuera en busca de su pareja.
— No estas en condiciones para conducir. Lo haré yo. — Jeno habló en voz baja, tratando de no sonar como una amenaza mientras le quitaba el seguro al vehículo. — Sube al asiento del acompañante.
No tuvo que decírselo dos veces antes de que lo hiciera, por poco arrancando la puerta de su lugar al abrirla para poder subirse. Una de las traseras casi sufre el mismo destino. El aroma de Jaemin llenando el lugar. Las manos de su amigo se posaron sobre sus hombros para darle un leve apretón en forma de apoyo. Jeno entró al último, encendiendo el vehículo.
Ten trató de seguir a su hermano menor, siendo detenido por Taemin quien le empujó por el pecho sin mucha fuerza. Fue rápidamente cubierto por su pareja, quien le gruñó mostrando sus colmillos hacia su hermano mayor.
— No lo toques. — Dijo observando de reojo como Yuta se colocaba a un lado del mayor de los hermanos Lee.—
— Ustedes dos se quedan aquí. — La orden fue clara por parte de Taemin. — Sin quejas. Si Park y su lacayo siguen por ahí sería riesgoso. Podrían matarte o a Ten por romper el pacto. No necesitamos más problemas.
El lobo no pareció en lo absoluto contento con ello, pero accedió a quedarse. Lo último que estaba necesitando era arruinar aun más las cosas. Sabía que todavía iban a cobrarse su error. Ya fuera Hyori o Taemin, alguno de los dos iba a hacer que se arrepintiera por el resto de sus días de aquello.
El vehículo que conducía Jeno fue el primero en salir de allí. Taemin y Yuta salieron para subirse al auto del mayor siguiendo a los otros.
Debieron de agradecer que los reflejos de un vampiro eran mucho más agudos que los humanos ya que Jeno estaba conduciendo a la velocidad máxima que la camioneta se lo permitía. Tuvo que esquivar a otros vehículos en el camino con un margen de error mínimo.
Yang Yang siguió llamando de forma desesperada, ya casi sin voz debido a su llanto mientras que Jaemin tomaba su mano en un vago intento de darle apoyo. Al neófito no podía importarle menos si el cazador moría o no, pero detestaba ver a su amigo de esa forma.
Tras media hora, la llamada finalmente fue respondida.
— ¡Dejun!
— Calma niño, sigo vivo. — El mayor jadeaba a la vez que parecía estar conteniendo quejidos de dolor. Una segunda voz se escuchaba también pidiéndole que se mantuviera quieto.— No soy tan fácil de matar.
— ¡¿Dónde estás?!
— El club donde nos conocimos. Tengo que colgar ahora. Ve por la puerta de atrás y golpea tres veces. Sicheng va a disparar a tu cabeza de no ser así, recuérdalo. — Fue lo último que escucharon.—
La llamada fue colgada tras eso. La desesperación del lobo seguía inundando el auto, aunque había bajado un poco al haberlo oído. Jeno le pedía que se calme porque al menos sabía que seguía vivo, que debía aferrarse a esa idea. Había estado ya en esos zapatos, conocía lo horrible que podía ser.
Jaemin, por su parte, solo se quedó en silencio en el asiento de atrás. Mordía su labio arrancando pequeños pedazos de piel y sintiendo un ligero escozor por una mínima herida que sanaba en menos de un minuto. No le gustaba esa situación. De hecho, le erizaba cada vello en su cuerpo.
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Bloody Tears
Fanfiction¿Qué era lo que hacía que la vida tuviera sentido o valiera la pena? Jaemin no lo sabía. Si alguna vez creyó saberlo, en su actualidad de sentía tan iluso. Nada tenía verdadero sentido. Sólo sabía de su dolor y odio. Lo único en lo cual podía conce...