"𝐂𝐢𝐜𝐚𝐭𝐫𝐢𝐜𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐚𝐫...

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° • _____ 𝐌𝐨𝐨𝐫𝐞 🌼

Embestida tras embestida.

Sus manos tocando todo mi cuerpo.

La cara que hace al llegar en lo más alto de ¡su! Propio placer.

Mi cuerpo inmovilizado, no puedo hacer nada para salir de esto. Mi fuerza es nada contra la suya.

No hay nadie que me pueda ayudar, estoy sola.

Desperté jadeando, con lágrimas en los ojos.

No, no, no, no, otra vez no.

No había tenido otra vez esa pesadilla desde hace meses, ¿por qué ahora?

Esa sensación de asco, de incomodidad, de dolor regresó. El aire no me era suficiente, el pecho me subía y bajaba con irregularidad y ni se diga de mis manos, no podía mantenerlas quietas. El temblor que tenía en mi cuerpo jamás lo tuve después de tener un sueño.

Siempre despertaba jadeando y con lágrimas pero esta vez era muchísimo peor.

Los golpes en mi ventana me alarmaron de inmediato pero bajé la guardia al ver a alguien de confianza.

Peter.

Me levanté de inmediato para abrir la venta y de un momento a otro ya estaba pegada a él tratando de regular mi respiración con los latidos serenos de su corazón.

—Estás bien, respira conmigo —pidió.

Después de unos minutos pude calmarme, ya podía hablar. El temblor de mis manos no había parado pero sí había bajado. Nos sentamos en mi cama y me tomé el cafe que estaba frío pero no me importó.

— ¿Por qué viniste? Son las tres de la mañana —di un sorbo al café.

—Me quedé preocupado de lo último que hablamos hace unas horas.

— ¿De qué?

—Bueno, empezaste a decir que no me apovechara, que tú estabas borracha y yo no, de algo que hizo Damian.

Claro, el alcohol me hizo decir lo que yo no me animaba a decirle.

— ¿Dije algo más?

—"Alguien ya lo hizo una vez, seguro alguien volvería a hacer lo mismo."

No pude contener el llanto, era algo en lo que no quería pensar pero en algún momento. Damian no era el único infeliz que podía hacer eso, nada me aseguraba que al salir a la calle alguien no iba a intentar algo así.

—No, hey, no llores.

Ni siquiera podía abrir los ojos por el ardor que tenía en ellos, las lágrimas salían sin cesar.

No pude hacer nada para evitarlo.

Era siempre el pensamiento que me invadía, ya no lo soportaba.

Cuando logré abrir un poco los ojos, vi a Peter de rodillas frente a mí quitándome las lágrimas con sus dedos.

—Necesito contarte algo...

—Soy todo oídos.

Puedes confiar en él, puedes confiar en él, puedes confiar en él.

Me repetía para así armarme de valor y soltar toda mi experiencia. Peter sabía parte de lo que viví, sabía de los malos tratos verbales, las infidelidades. Pero jamás me animé a contarle mi abuso, la violencia física, no tenía idea de cómo reaccionaria al saber que la chica que empezaba a salir fue abusada.

A Un Beso || Peter Parker Y Tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora