━━ Pequeñas pecas cómo estrellas ━━ Noah S. ✓

✰; Epílogo

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Ella estaba enfrente de mi, mirándome curiosa con sus ojos grandes y largas pestañas, color café avellana, sus labios con ese color rosado y su nariz junto sus mejillas con ese rosa que siempre la acompañaba y lo que más me gustaba sus pecas, ahí seguían, con vida.

La mire perplejo,a tenía en frente de mi y viva.

- ¿Que tanto ves Noah? ¿Tengo un mosquito o que? Es como si acabarás de ver a un muerto.

Me acerque a ella colocando mis manos en sus mejillas, tibias, enserio estaba aquí.

- ¿Eh? Me vas a aplastar mis cachetes.

- Estás aquí - Susurré cuando la envolví de nuevo en mis brazos, mierda la había extrañado mucho.

- Si tontito, siempre lo he estado, ¿Que sucede? - Me susurro en el brazo rodeando me.

- Es qué, parecía que estuvieras muerta. - Hablé aún con miedo que eso fuera real, ella solo me sonrió triste.

- Lo estoy.

- Nono, estás aquí, conmigo.

- Si, y siempre estaré a tú lado no necesariamente viva, también estoy aquí - Coloco su pequeño dedo en mi corazón.

- Pero yo te quiero aquí, conmigo a mi lado.

- Y te prometo que lo haré.

- Solo mantente a mi lado y estaré bien - Ella me miró con un brillo en particular en sus ojos.

- Así será, recuerda que no hemos terminado eh.

Reí por abajo, seguía siendo una celosa.

- No, tampoco pienso en hacerlo, esperaré el momento para que volvamos a estar juntos.

- Espero verte pronto, osea, tampoco quiero que te mueras rápido pero ya sabes, también te extraño mucho aquí.

Me senté en una banca que estaba a un lado de nosotros, estamos en un parque, ella siguió mi acción y coloco su cabeza en mi hombro y yo hice lo mismo pero en la suya, entrelazados nuestras manos, disfrute el tacto y el momento.

- ¿Por qué? ¿Por qué te fuiste? - Cuestione, una pregunta que me tenía dando vueltas desde entonces.

- Mm, estaba muy cansada, no sé si fue lo mejor, tal vez había más alternativas pero ya no podía.

- Pero sabes que me tienes a mi, si tan sola yo hubiera sabido, hecho algo para que tú siguieras aquí.

- No Noah, no quiero que te sientas culpable por algo que yo hice, tú no tienes nada que ver para que te sientas mal.

- No puedo evitarlo, pude detenerte, salvarte.

- Ya me haz salvado, muchas veces, pero está ocasión necesitaba descansar y no sentir dolor.

- ¿Ya no sientes dolor?

Ello pensé un momento para después sonreír con los labios cerrados - No, ya no, creo que lo único que me duele ahorita es verte así, triste, apagado y culpable.

No tenía nada que decir, así estaba yo desde su ausencia.

- ¿Leíste mi diario? ¿La última carta que te escribí? - Volvió a hablar al percatarse del silencio, nunca la ha gustado el silencio.

- Si, así lo hice, es lo único que tengo de ti, no sabes cómo lo cuido.

- Bueno, claro que leíste cuando te dije que te quería ver feliz y eso es lo que no estás haciendo.