8| Molestias ☀️

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—Y mis padres ahora le dan más atención a Eleonor, tal vez fingir un matrimonio con un billonario era lo indicado para hacerles ver de su error

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—Y mis padres ahora le dan más atención a Eleonor, tal vez fingir un matrimonio con un billonario era lo indicado para hacerles ver de su error.

—Guau. Tus padres ahora le dan la atención que tú no obtuviste.

Lucien le dio una cara asesina a Alisse.

—Estoy bien con que mi hermana ahora sonría con ellos y no solo conmigo, al menos algo bueno me está saliendo esta semana.

Lucien tomó su café frío dándole un par de tragos. La de pelo rubio miró a su amigo de la derecha, el que estaba haciendo sus deberes atrasados de la universidad, justo en una cafetería donde pocas personas se acercan, con una ambientación de los 80s.

Habían quedado para hablar sobre el siguiente trabajo de Lucien, ese donde tiene que fingir amar a alguien que ya había amado, y que ahora tiene que aprender cosas que no sabía qué existía.

Henry terminó sus apuntes, se lo pasó a Alisse muy orgulloso de lo que había hecho él solito.

Esta misma lo revisó.

—No puedes tener 20 errores gramaticales y 40 faltas ortográficas en un solo párrafo, Henry.

—¡Es una nueva corriente literaria!

Alisse rodó los ojos.

—Repítelo.

Henry resopló y tomó de nuevo sus apuntes empezando a escribir nuevamente.

—¿Cómo es posible que una persona pueda tener tantas reuniones en una sola semana?— miró a sus amigos con una expresión de miedo— ¿y si es narcotraficante? ¡tal vez vende drogas!

—No grites la palabra droga dentro de una cafetería.

Lucien tapó su boca mirando hacia los lados comprobando que nadie lo haya escuchado.

—¿Y si tiene una fábrica de droga debajo de sus oficinas de licor?— susurró.

—¿Y también tiene trabajando a los Umpa Lumpa?

—¡Si!

—¡No! Luc, Matthew no tiene nada ilegal... o al menos eso espero.

Lucien reposó su frente en la mesa sintiéndose agotado. Henry examinó la situación antes de hablar.

—Mira el lado positivo, sácale provecho al nuevo sugar daddy.

—¡No es mi sugar daddy! Soy independiente, gano mi propio dinero sin ayuda de nadie, y conseguiré pronto un mejor trabajo, entonces seré mucho mejor que él.

—Habló el millonario.

—¡Yo no soy millonario! Mis padres lo son.

—¡Tus padres te darán su fortuna!

Matrimonio FicticioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora