Matthew entró rápidamente a su casa, estaba cansado, el viaje y los pensamientos lo habían agotado, su atuendo estaba mal puesto, poco se había arreglado esa mañana, no había comido y probablemente no esté con las mejores condiciones, pero tenía esa preocupación chocando su cuerpo que lo empujaba sutilmente hacia la puerta de su casa.
Se tranquilizó al oler esos waffles que tanto había empezado a amar en cada mañana al despertar.
Caminó hacia la cocina para encontrarse al de cabello rojizo cocinando mientras tarareaba una canción que desconocía, pero que le era familiar.
—Lucien.
El antes mencionado se dio la vuelta rápidamente por haberse asustado.
—¡Hey! Estás de vuelta, y justo para deleitar estos deliciosos panqueques hechos por mi persona, ¿miel o chocolate? Qué digo, siempre los pides con un chocolate amargo.
Recordó las palabras de Alisse. Todo lo que ella había dicho, fue cierto, porque ahí estaba el menor, llorando en la noche, y con una sonrisa en la mañana. Como si nada hubiera pasado.
Lucien le dejó su platillo junto con otro tazón de frutas cortadas y frescas. No recordaba haber tenido esa clase de frutas en su refrigerador antes de irse, supuso que Lucien había ido de compras en lo que él estuvo de viaje.
Notó que llevaba puesta ropa deportiva, pero viendo el reloj, ya era hora de que iniciaran las clases de su universidad.
—¿Hoy no irá a sus clases?
Lucien negó mientras reposaba su plato en el desayunador junto el de Matthew, se sentó empezando a comer.
—No, saldré a caminar un poco, hace mucho que no me ejercito, y tengo ganas de hacerlo ahora.
Lucien no iba a ejercitarse como tal, pero no podía decirle que iría a entrenar con su caballo al hipódromo, la primera carrera más grande del mundo no estaba tan cerca, faltaba un par de meses, pero tenía que entrenar duro si quería que su caballo pasase al menos la primera fase. Aunque, lo estaba sintiendo como una excusa para saltarse la parte donde sus compañeros se rían de él cuando regrese a la universidad. Los universitarios suelen olvidarse de lo sucedido a los dos días, así que, estaba pensando en saltarse esos dos días haciendo algo que lo distrae y le hage feliz realmente.
Lo único que quiere es despejarse de todo.
—Le llamé varias veces anoche.
Lucien se puso nervioso mientras ignoraba su mirada y comía rápidamente.
—¿De verdad? Me dormí temprano anoche... el proyecto fue realmente agotador...
«Me mientes. No te culpo, sigo siendo una persona poco confiable para ti» pensó Matthew.
—¿Y cómo le fue? ¿Aprobó?
Desaprobó. Su diploma se vería afectado si no lo hace bien para la segunda y última oportunidad que le quedaba.
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Matrimonio Ficticio
Novela JuvenilEnemigos desde siempre, pero en matrimonio al final. Un empresario millonario y un jinete famoso dispuestos a fingir amor después de tanto rencor. Un matrimonio falso que se parezca a uno real, donde se acostumbrarán a estar juntos y no querrán solt...