Enemigos desde siempre, pero en matrimonio al final.
Un empresario millonario y un jinete famoso dispuestos a fingir amor después de tanto rencor.
Un matrimonio falso que se parezca a uno real, donde se acostumbrarán a estar juntos y no querrán solt...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El olor a cigarrillo estaba haciendo que las fosas nasales de Lucien se quemaran. Jamás pensó que llegaría a verlo de nuevo, ni en un millón de años, la parte de soltar había funcionado, y ahora teniéndolo frente a frente, todos esos sentimientos que había olvidado, habían regresado, pero esta vez, no era dolor, era odio y desagrado. Ese tipo de sentimiento donde solo quieres detestarlo por el resto de su vida.
Lucien empezó a toser por ese horrible olor.
Matthew apagó su cigarrillo inmediatamente. El de los anteojos sujetó el cigarro de Matthew ya apagado.
Matthew Harrison. ¿Por dónde empezar? Tantas historias de él en este momento, tantos recuerdos y tantos rencores escondidos saliendo a la luz. Siendo joven e inteligente, fundó una de las mejores empresas de vino llamada "Harrpe", una de las más grandes del país. Siempre hablan de él a cada hora, cada minuto, cada segundo. Tiene el porte, la educación, el historial familiar, e incluso tiene un buen carácter. Uno frío y neutro. Básicamente, es el hombre perfecto. Él es visto como el modelo a seguir para todos los jóvenes. Ha visitado escuelas para dar increíbles charlas motivacionales a los más pequeños sobre ¿Cómo tener un futuro exitoso? Y, de su vida como presidente. Todos los profesores se quedan impactados.
Un empresario multimillonario que empezó sin nada y acabó con todo. Ha estado destacando en Estados Unidos desde que estaba en sus 22. Todos los negocios que ha manejado han mostrado un crecimiento milagroso en tan sólo unos cuantos años, por lo que todos en América quieren hacer tratos con él. ¿Quién no querría hacer tratos con él? El New York Times lo eligió como uno de su top 30 de los solteros más elegibles, cotizados y ya saben lo demás. El tipo Perfecto que lo tiene todo. Así llamaron el artículo, uno horrible para Lucien.
—¿Tomamos asiento? Supongo que hay mucho de qué hablar.
—No. Creo que no hay nada de qué hablar.
Lucien trató de salir, pero los guardias habían cerrado la puerta. Encerrado en su propia casa. Miró de nuevo al mayor, este último ya estaba sentado en la mesa de cristal con sillas blancas y un sobre encima de la mesa de color amarillo.
—¿No se me permitirá saludarlo al menos?
El odio que estaba sintiendo ahora mismo Lucien era inexplicable.
—¿Saludarte? ¿Eso quieres? Bien, hola, adiós. Ahora, dile a tus animales que me abran la puerta de ¡mí! Casa.
—Siéntese.
—¿Qué?
—Siéntese, y lo dejaré ir.
—Tienes que estarme jodiendo, ¡es mí casa!
—Legalmente ya no.
—¿¡Qué!?
—Su padre y yo hemos cerrado contratos. Esta casa me pertenece, al igual que su empresa, y por supuesto, su fortuna.
