Enemigos desde siempre, pero en matrimonio al final.
Un empresario millonario y un jinete famoso dispuestos a fingir amor después de tanto rencor.
Un matrimonio falso que se parezca a uno real, donde se acostumbrarán a estar juntos y no querrán solt...
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Una mañana fría, la más helada que han tenido hasta ahora en ese mes. Lucien se cubrió su cuerpo con la sábana y pensó que eso sería suficiente, intentó no pensar en eso y seguir durmiendo, pero luego alguien pasó su brazo por su cuerpo cubriéndolo con su propio cuerpo regalándole el calor que necesitaba.
Quedó más a gusto, pensó que podría volver a dormir, pero luego un fuerte dolor llamó su atención al intentar acomodarse en la cama. Se quejó del dolor mientras trataba de estirarse.
—Hola.— susurró Matthew contra su oído haciéndolo estremecer.
Lucien sonrió al sentirlo a su lado y que lo estuviera abrazando mientras acariciaba su cabello.
—Hola.
Recordó lo de anoche, abrió los ojos sorprendido despertando de su otro sueño. Miró debajo de las sábanas, no llevaba ropa, pero estaba limpio como si se hubiera dado una ducha. Miró el cuerpo de Matthew, solo llevaba un pantalón de su pijama completa. Cubrió de nuevo su cuerpo avergonzado hasta su cuello tratando de alejarse del mayor.
Matthew rio, no dejó que se fuera, lo acercó más a su cuerpo. Lucien quería desmayarse. No quería, sabía que eso pasaría en cualquier instante.
—¿Por qué se siente avergonzado? He visto todo.
Y ahora Lucien sabía que iba a morir. Cubrió su rostro por completo y se encerró debajo de las sábanas deseando que eso solo sea un sueño de esos lujuriosos que tenía de vez en cuando, pero supo que no era así, porque sentía dolor en la parte baja de su abdomen y le dolía mucho.
Matthew rio nuevamente mientras tomaba el principio de la sábana que cubría su rostro, y suavemente empezó a bajarlo hasta poder ver sus ojos. Lucien lo miró con esos ojos verde oliva brillantes que tanto le encantaba.
—¿Duele?— tocó con gentileza su cintura, solo un poco más abajo.
Lucien asintió sin decir nada.
—He traído medicina que puede bajar un poco el dolor, ¿Quieres tomarla ahora?— Lucien negó.— ¿No? de acuerdo— quitó unos mechones que cubrían su frente.— ¿Puedo besarte?
Lucien bajó lentamente la sábana hasta descubrir sus labios, Matthew sonrió antes de besarlos y chuparlos. Era un beso lento, pero había tardado un par de segundos. Los dos sonrieron al mismo tiempo cuando se separaron.
—¿Te gustó?— Matthew tenía esa duda atorada en su cabeza que quería sacar cuanto antes.
Lucien volvió a cubrir su rostro, pero sin llegar a hacerlo con sus ojos. Asintió avergonzado por tener que admitirlo, Matthew sonrió ahora mucho más tranquilo.
—A mí también.— se acercó a su oído y le susurró:— cada segundo.
Lucien sonrió al sentir la mano de Matthew pasar por su torso al descubierto, sus suaves caricias le hacían sonrojar. El mayor entró por debajo de la sábana junto a Lucien para que ya no tuviera donde esconderse, besó su mejilla un par de veces haciéndolo reír, Lucien trataba de apartarlo poco a poco, pero lo tenía fuertemente agarrado de su cintura sin escape.
