Enemigos desde siempre, pero en matrimonio al final.
Un empresario millonario y un jinete famoso dispuestos a fingir amor después de tanto rencor.
Un matrimonio falso que se parezca a uno real, donde se acostumbrarán a estar juntos y no querrán solt...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Siempre se ocultó. No solo de las personas, sino que también de él mismo. Pensó que encerrando sus miedos lo resolvería, pero nunca imaginó que algún día escaparían.
La noticia estaba en todas partes, para Matthew, este tipo de rumores venía y se iban, así de simple, no les daba mucha importancia, primero, porque estaba acostumbrado, y segundo, porque no valía la pena prestarle toda su atención a algo tan insignificante. Pero cuando supo que esos rumores no solo le afectaban a él, sino que también al menor, le llegó a inquietar. No solo por el contrato firmado, que se sentía como si lo hubiera traicionado, sino que también porque Lucien odia la atención, y lo sabe desde que eran pequeños.
A Lucien nunca le gustó ser el número uno en las miradas de las personas, siempre le gustó esconderse, reemplaza actividades donde hubiera un escenario a una donde solo estuviera solo. Y aunque era muy bueno en entablar conversación con una sola persona, estar con cientos de ellas era diferente.
Tenía miedo. Mucho miedo de lo que pudiera ocurrir después de ese momento.
Le dio mucha importancia al nunca mostrar su rostro en las competencias cuando se hace pasar por anónimo, tuvo que ocultar su miedo hacia las personas para perseguir sus sueños, porque de otra manera, él no lo miraba posible.
Y ahora...
—No se mira mi rostro...— Lucien trataba de mantener la calma.
Matthew miró el rostro de Lucien. Cada expresión provocada por el menor era una aguja perforando su corazón.
—No, solo son rumores... era casi imposible que podamos fingir una relación en secreto, Lucien, más cuando algunas personas ya lo saben...
Matthew y Lucien estaban en el bar en solitario. Habían pedido privacidad, porque en todo caso, esto solo les correspondía a ellos solucionar.
—Si... lo sé.— dejó la revista por encima de la barra. — ¿Y ahora que procede?
Estaba más relajado de lo que Matthew pensaba que estaría. Pensaba que entraría en pánico. Pero no fue así, Lucien simplemente estaba con una expresión despreocupada, y es que aún sentía esa culpa por no haber sido el mejor prometido falso para el mayor, tal vez lo que le estaba pasando era algún tipo de karma.
