42| ¿Dónde está? Hoy no está ☀️

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Lucien estiró su cuerpo adolorido hacia el lado de la cama del mayor para que lo abrazara, pero ese espacio lo había sentido tan vacío que hizo que se despertara

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Lucien estiró su cuerpo adolorido hacia el lado de la cama del mayor para que lo abrazara, pero ese espacio lo había sentido tan vacío que hizo que se despertara. Abrió sus ojos lentamente mientras miraba hacia los lados y estiraba su brazo perezosamente hacia cada parte de la cama, aunque sabía que, si el mayor estuviera a su lado, sería muy fácil de encontrarlo sin tener que haberse estirado tanto.

Intentó sentarse, falló. intentó levantarse, falló. intentó estirar su brazo hacia la mesita de noche, lo logró. Tomó su celular y la nota que estaba encima de ese mismo. Con sus ojos aún entrecerrados, logró visualizar lo que estaba escrito con una caligrafía perfecta.

«Hola, ardilla.

He hecho tu desayuno, y preparé algunas meriendas para ti, por favor no saltes tus comidas, también he dejado medicina en la mesita de noche, toma una después de desayunar y otra después de cenar, ayudará con el dolor. Lo siento, prometo controlarme un poco mejor la próxima vez. No tienes permitido ir a trabajar en estos dos días que yo no estaré, ya lo he avisado, así que no te preocupes y descansa. Quiero protegerte, por eso verás a guardaespaldas a tu alrededor cuando salgas. Te llamaré cuando haya llegado.

Te amo. Mucho. Mucho»

Lucien sonrió mientras cubría su rostro con la sábana. Chilló de la emoción al leer esa última parte varias veces en su cabeza con la voz de Matthew en su momento más caliente del sexo. Se había acalorado y apenas eran las ocho de la mañana.

Yo también te amo. Mucho. Mucho.— besó la nota.

Luego recordó cómo presionaba su rostro contra la cama y lo penetraba hasta el fondo.

—Me trata con gentileza después del sexo como si no me hubiera penetrado tan diabólicamente.— resopló.

Se sentó cuidadosamente, miró el medicamento del que antes le hablaba y un vaso de agua, pero sonrió cuando miró un tulipán naranja hecho de papel. No era tan pequeño, y podía sostenerlo como si fuera realmente de verdad. También había una nota en su tallo que decía:

«Te extraño, aunque ahora mismo estés a mi lado en un profundo sueño»

Lucien suspiró mientras se recostaba nuevamente en la cama, tenía una sonrisa en su rostro al ver las dos notas y un tulipán que Matthew se había tomado el tiempo para hacerle, porque a pesar de que le esperaba un viaje cargado a otro país, él se había levantado un poco más temprano para dedicarle ese pequeño tiempo a Lucien. Sentía un sinfín de emociones bonitas en su estómago.

Dejó las notas y la flor de nuevo en la mesita de noche con mucho cuidado, iría después a colocarlas en su cajita naranja con brillos y el nombre de ese chico grabado. Tomó su celular, revisó que no haya tenido alguna llamada perdida, pero no había nada, solo notificaciones de personas que quieren hacerle muchas preguntas.

Se levantó, sus piernas temblaban, y su cadera le dolía. Caminó con mucho cuidado hacia el cuarto de baño, se miró en el espejo, estaba desnudo y su cuerpo con chupones por todas partes. Cuello, abdomen, pecho, brazos, piernas, hasta incluso en sus muslos. Se ruborizó al no poder recordar a qué hora había hecho esa marca de mordida en esa última parte.

Matrimonio FicticioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora