Capítulo 10

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JISOO POV:

-¿Estás bien? –pregunté al verla sentada con la mirada perdida–

-¿Nunca has sentido que tu pasado vuelve? –preguntó sin mirarme, su voz sonaba triste–

Mi mirada se transformó en una confusión. No podía evitar pensar en que Lisa volvería a sus depresiones por la muerte de sus padres.

-¿Por qué lo preguntas?

Silencio. Ella no respondió con palabras pero sí con acciones, frente a mí apareció un periódico doblado a la mitad con la imagen de un joven policía en él.

-¿Quién es? –pregunte al leer el titular "¿Carrera truncada?"

-Es el padre de Luca –respondió abrazando sus piernas–

Cerré mis ojos al escuchar aquellas palabras, el parecido era notorio pero nunca pensé que conocería el verdadero rostro de su padre. Respiré para poder calmarme frente a la dolorosa situación.

-¿Quieres hablar de esto?

-Dicen que vendrá a Australia para investigar casos de secuestros –susurró mirando la luna llena– es irónico porque nuestro hijo fue secuestrado.

-Hoy es 10 de Octubre –susurré–

-Hoy se cumplen 5 años desde la muerte de mi madre y 4 desde el secuestro de Luca...

-No te dañes así Lisa –susurré tomando su mano derecha– No eres culpable de tu pasado, no eres culpable del dolor que atravesó tu familia, no lo eres –recalqué–

-Mi padre falleció por querer un mejor futuro para mí, mi madre falleció cuidándome, mi hijo falleció porque no pude cuidar de él y mi prometido me dejó por la pérdida de nuestro bebé... –susurró llorando– ¿Cómo puedes decir que no soy culpable? No merezco el amor de nadie, solo daño lo que amo.

Oírla culparse siempre me dolía en el fondo de mi corazón porque ella no era la culpable, simplemente la vida le jugó malas pasadas. La vida era un ser infausto con ella, Lisa no merecía aquel dolor y mucho menos castigarse por algo que no fue su culpa.

La abracé contra mi pecho mientras nuestras lágrimas rodaban sobre nuestras mejillas, nunca soporté el escucharla hablar así pero tampoco podía ser insensible a su dolor. Yo lloraba por el dolor ajeno pero ella lloraba por su propio dolor, un calvario que la acompañó durante 24 años.

24 años de dolor sin rastro de querer mejorar.

A la mañana siguiente Lisa se veía mejor o eso quería creer, mientras ella pensaba que dormía escuchaba como lloraba encerrada en el baño tratando de acallar sus sollozos. No fui capaz de consolarla porque era un tema tan delicado que no sabía cómo tocar, mi familia estaba bien y nunca perdí a un hijo. No sé cuán intenso puede ser el dolor y menos para una madre que perdió a su hijo de tan solo 3 meses.

Tomé otro sorbo del café posando mi mirada en mi amiga, aquella chica que conocí en la empresa de seguridad, era una chica decidida y reservada con todo lo que era su vida personal. Sonreí cuando recordé que me declaré y salí triste por su rechazo.

-¿Te toca ir con el señor Park hoy? –Preguntó Lisa sacándome de mis recuerdos–

-Sí –traté de sonreír– tiene que ir al juzgado por algunas horas.

Lisa asintió y se levantó para llevar su taza intacta de café al lavadero vertiendo el contenido y lavando la taza blanca. Hice un mohín porque no probó un bocado y tampoco su bebida.

Guardaespaldas Manoban | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora